Evaluación del efecto a largo plazo del test del VPH sobre la detección del cáncer cervical

Las pruebas para la detección del cáncer cervical han servido para reducir drásticamente la incidencia y la mortalidad de esta enfermedad. Ahora, de un estudio realizado por el Instituto Karolinska se desprende que la realización de un test del virus del papiloma humano (VPH) podría permitir alargar el intervalo de tiempo entre dichas pruebas de detección si se compara con la realización de análisis celulares.

Dicho estudio sueco, un trabajo de seguimiento a largo plazo en el marco de un ensayo controlado y aleatorio a escala nacional titulado Swedescreen, ha sacado a relucir que la protección que brinda el test del VPH al cabo de cinco años es similar a la brindada por una citología (análisis celular de detección) a los tres años. «Significa que, realizando un test del VPH, las pruebas de detección se pueden efectuar en un intervalo de cinco años, en lugar de tres, que es la práctica actual», declaró Miriam Elfström, del Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística de dicho instituto y primer firmante del trabajo.

El VPH es un virus que puede infectar a humanos, normalmente por contacto sexual. La mayoría de los casos de infección no comportan síntomas físicos, pero algunos casos de VPH sí desembocan en cáncer, por ejemplo de cérvix. De hecho, la infección por el VPH parece ser un factor necesario en el desarrollo del cáncer cervical (concretamente, en más del 90 % de los casos).

No obstante, los programas de prevención del cáncer cervical se han basado a menudo de manera exclusiva en una citología para determinar qué mujeres que presentan riesgo de desarrollar este cáncer. Si bien el test del VPH posee mayor precisión para detectar una neoplasia intraepitelial cervical (una transformación potencialmente premaligna de ciertas células en la superficie del cérvix), hasta ahora no se ha dilucidado si dicho test comporta un sobrediagnóstico de lesiones que en realidad no conducen a cáncer.

Por consiguiente, transcurridos trece años, el Instituto Karolinska pretendía evaluar los efectos del test del VPH. Swedescreen, que comenzó en 1997, incluyó a más de doce mil mujeres de entre treinta y dos y treinta y ocho años de edad de toda Suecia. De forma aleatoria, estas mujeres se repartieron en grupos que se sometieron bien a una citología únicamente, bien a una citología más un test del VPH.

También se investigó la duración del efecto protector de los dos métodos de detección comparando la incidencia de lesiones precancerosas en mujeres que habían dado negativo en las pruebas a las que se habían sometido con los años.

Este estudio fue posible gracias al apoyo prestado por el proyecto financiado con fondos europeos PREHDICT, que dispuso de una financiación cercana a los 3 millones de euros y que tocó a su fin en abril de 2013. También contó con el apoyo de COHEAHR, otro proyecto financiado con fondos comunitarios que se puso en marcha en noviembre 2013 y que está programado hasta 2018. COHEAHR tiene el cometido de facilitar a los responsables políticos la información necesaria para que puedan tomar decisiones documentadas sobre estrategias de prevención del VPH.

Este estudio a cargo del Instituto Karolinska sobre el ensayo Swedescreen fue publicado en el British Medical Journal (BMJ).

Source: Karolinska Institutet
Documentos de referencia: Basado en una nota de prensa de CORDIS Wire remitida por el Instituto Karolinska

publicado: 2015-01-22
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