Al profesor Ben Green le apasiona la matemática pura. Si se le preguntara por la esencia de la sociedad moderna, probablemente respondería con convicción que es la capacidad de la humanidad para resolver problemas y transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones. Y, ciertamente, este matemático de treinta y siete años puede presumir de haber contribuido a ambas causas. Con motivo del Congreso Internacional de Matemáticos ICM, cuya edición de este año se celebra en Seúl (Corea del Sur), impartirá una conferencia en una de las sesiones plenarias, lo que él mismo califica con orgullo como el pináculo de su carrera. Es beneficiario de una beca del Consejo Europeo de Investigación (CEI), que está aprovechando para ofrecer a matemáticos jóvenes la oportunidad de brillar.