La utilización de asientos de seguridad para niños ha supuesto un aumento de la protección de los niños frente a lesiones y muertes en los casos de colisión del vehículo. No obstante, estos accidentes siguen siendo una de las causas principales de lesiones potencialmente mortales para los más pequeños. La ingeniería se sirve de diseños asistidos por ordenador para incorporar en el desarrollo de vehículos evaluaciones de seguridad basadas en simulaciones. No obstante, las evaluaciones de los asientos en las pruebas de choque suelen basarse en modelos de adultos a escala reducida para simular a los niños, cuyos huesos no están completamente formados.
Para abordar esta cuestión y ofrecer información más precisa y basada en pruebas empíricas, un equipo de investigadores examinó la resistencia ósea infantil en función de variables como la edad y el peso mediante modelos informáticos e imágenes médicas. Esta investigación podría mejorar el modo de diseñar y comprobar productos de seguridad para niños, como asientos y carros, antes de proceder a su comercialización.
Sus resultados, publicados en la revista
«Biomechanics and Modeling in Mechanobiology», también contribuirán a diagnosticar lesiones óseas y determinar si se han producido por accidente o no.
El estudio, financiado en parte por una beca de investigación de la Unión Europea a través del proyecto CompBioMed, se valió de escáneres de tomografía computarizada y modelos informáticos para estudiar la relación entre la fuerza aplicada y el efecto en los huesos. En las pruebas se flexionaron y torsionaron huesos para conocer su punto de rotura. Los escáneres de tomografía computarizada ofrecen imágenes transversales y tridimensionales de un órgano interno mediante rayos X y un ordenador.
Según explicó recientemente el equipo al cargo de la investigación en una
nota de prensa: «Estas técnicas no invasivas permitieron crear modelos tridimensionales del fémur en el estudio de huesos de niños en un rango de edad desde recién nacidos a tres años. Este rango de edad es el menos estudiado hasta la fecha y en el que los niños no pueden hablar o comunicar con eficacia cómo se han lesionado».
Los investigadores también determinaron el modo en el que se habían desarrollado los huesos y cómo evolucionaba su resistencia a medida que crecen con rapidez. El equipo confía en continuar con la investigación para evaluar otros huesos largos como la tibia. También ampliará su base de datos para lograr una representación adecuada de los niños de cada rango de edad y estudiar lesiones más complejas. En el artículo concluyen lo siguiente: «En un futuro, esta técnica permitirá crear modelos sustitutivos de niños pequeños y muy pequeños y generar información cuantitativa sobre el crecimiento y la resistencia de los huesos para ampliar en gran medida la escasa información disponible actualmente en la bibliografía».
La investigación realizada en el proyecto CompBioMed (A Centre of Excellence in Computational Biomedicine) también presenta distintas aplicaciones posibles a varios análisis biomecánicos de huesos infantiles. El proyecto se creó para impulsar los modelos y las simulaciones informáticos en el ámbito de la biomedicina. El uso de estas técnicas ayudará a investigadores de los ámbitos académico, comercial y clínico a realizar análisis mejores de carácter cardiovascular, molecular y neuromusculoesquelético. Por último, CompBioMed ofrece la perspectiva de predecir el efecto de las intervenciones y los tratamientos de medicina personalizada antes de ejecutarlos.
Para más información, consulte:
Proyecto CompBioMed