Futura esperanza para redes cooperativas inalámbricas

Las redes cooperativas inalámbricas han estado subiendo el listón en los últimos años en términos de mejoras de las comunicaciones inalámbricas. La tecnología se basa en conseguir que los dispositivos compartan sus antenas con el fin de mejorar la fiabilidad de la recepción y también puede reducir de forma drástica el consumo energético. El proyecto COOPLAB (A federated testbed environment for experimentation on wireless cooperative networks), financiado por la Unión Europea, pretendía investigar si la teoría detrás del concepto podía hacerse realidad.

El proyecto pretendía examinar modelos teóricos y simulaciones problemáticas que, a medida, simplifican en exceso las asunciones y representan de forma incorrecta la eficiencia potencial desde el diseño hasta la realidad. Examinó posibles escenarios cooperativos y cómo funcionan en bancos de pruebas inalámbricas reales.

El Centro de Investigación y Tecnología de Hellas (CERTH), en Grecia, coordinó el proyecto COOPLAB, que pretendía instalar bancos de pruebas inalámbricas en los países de los socios del proyecto, Egipto y Marruecos. Estos países disponen de las condiciones necesarias para poner en marcha estos bancos de pruebas y demostrar las posibilidades de esta tecnología de comunicación tan prometedora. No obstante, debido a la inestabilidad política de estos países en el momento del proyecto, el equipo no pudo completar su mandato.

Inicialmente, el equipo del proyecto había empezado a establecer la colaboración en investigación en escala global con el fin de fomentar nuevas oportunidades de investigación en comunicaciones cooperativas. También planeó establecer entornos federados fáciles de usar para realizar pruebas inalámbricas cooperativas. En el futuro, es posible que otro proyecto pueda continuar a partir del punto donde el equipo lo dejó y pueda volver a examinar esta posible fórmula de comunicación avanzada a medida que regrese la estabilidad a los países de destino.