Este mes de octubre se ha declarado el
Mes Europeo de la Ciberseguridad
, en un momento en el que el grado de concienciación sobre la seguridad
en Internet se encuentra en su punto álgido en la UE. Se calcula que la
cibercriminalidad tiene un coste anual de varias decenas de miles de
millones de euros para la economía europea. Gran parte de las
actividades ilícitas consisten en el robo de datos de tarjetas de
crédito, que se venden posteriormente en el mercado negro.
Uno de los proyectos financiados por la UE para combatir la cibercriminalidad se llama
WEBSAND
(Server-driven Outbound Web-application Sandboxing), en el cual se han
creado herramientas nuevas para poner más trabas a los delincuentes
informáticos que se propongan penetrar en sistemas.
Los informáticos participantes en WEBSAND han construido soluciones
basadas en los llamados sandboxes, o mecanismos de aislamiento de
procesos, esto es, mecanismos que separan los sistemas de un servidor y
los flujos de información (entre los servidores y los buscadores de los
usuarios) del código que no es fiable.
ARREGLAR LA WEB
«El éxito primordial de WEBSAND ha consistido en mostrar a los
desarrolladores la manera de hacer que la seguridad sea un elemento
consustancial del sistema, no que se acople con posterioridad», explica
su coordinador, el
Dr. Martin Johns .
Internet ha cambiado significativamente desde 1990, cuando se
utilizaba como una herramienta estática para el envío de documentos. Hoy
en día constituye un entorno en el que intervienen múltiples fuentes en
tiempo real, que obliga a los programadores a añadir elementos de
seguridad en los sistemas, en lugar de que ésta sea un elemento integral
del modelo cliente-servidor. WEBSAND se creó para tratar de cambiar esa
situación.
«Al inicio del proyecto nos fijamos un objetivo ambicioso de forma
deliberada. Pensamos lo siguiente: "Vamos a tratar de arreglar la web". Y
lo hemos logrado en cierta medida. Hemos construido gran cantidad de
soluciones directamente en el lado del servidor que imponen la seguridad
que ambicionamos en ciertas áreas».
El objetivo era poner al programador al volante aplicando a la
seguridad un enfoque centrado en el servidor y construyendo un marco
modular y sencillo de usar que permita al programador, por pocos
conocimientos previos que tenga en el sector de la seguridad, construir
aplicaciones que sean seguras por defecto.
El equipo de WEBSAND también desarrolló una serie de extensiones
para buscadores en beneficio de los usuarios finales. Un ejemplo es
CSFIRE
, que es «invisible» para los usuarios ya que procura no interferir en
la funcionalidad de las aplicaciones que utilicen, trátese de un
programa de correo electrónico, Facebook, Google o un convertidor de
divisas, protegiéndolas a la vez de forma transparente frente a posibles
ataques cibernéticos.
Además, después de una labor de estudio, los científicos de WEBSAND
han propuesto soluciones para algunos de los problemas fundamentales
actuales de Internet.
Así, han diseñado un complemento «ligero» para el lado del cliente
de los buscadores que impide ataques del tipo «DNS rebinding», un método
común y muy extendido de extraer información de un servidor sin el
conocimiento del host. Una leve expansión de la «política del mismo
origen» del servidor pone fin a este riesgo.
También han ideado un método distinto de autenticar contraseñas
implantando un nuevo sistema de desafío y respuesta
(challenge-and-response) iniciado por el servidor y no por el buscador.
Ahora los socios principales del proyecto —las empresas alemanas
SAP ,
Siemens y las universidades de
Leuven (Bélgica) y
Chalmers
(Suecia)— cooperan con los organismos internacionales competentes en
materia de estándares de Internet, W3C e IETF, con el propósito de
convencer a las empresas de buscadores para que adopten la tecnología de
WEBSAND. Además, pertenecen a la organización sin ánimo de lucro
OWASP (Open Web Application Security Project) y están difundiendo sus hallazgos a través de sus grupos de usuarios y encuentros.
«En SAP y Siemens utilizamos la tecnología de WEBSAND para reforzar
la seguridad de nuestros propios productos. Pero también nos
beneficiaría directamente que la propia Internet fuera segura por
defecto», destaca el Dr. Johns. «La seguridad acarrea costes muy
elevados; si Internet fuera más segura, las empresas podrían dedicar más
recursos a la funcionalidad».
WEBSAND, en marcha entre octubre de 2010 y abril de 2014, recibió
del 7PM una financiación de 3,2 millones de euros y contó con la
participación de cinco socios de tres países.
Enlace a la página web del proyecto