La industria siderúrgica produce necesariamente emisiones gaseosas como subproducto. Cerca del 40 % del carbono utilizado para crear acero se emite en forma de monóxido de carbono (CO) gaseoso. El gas residual generado en los altos hornos y convertidores al oxígeno se quema o se emplea para producir electricidad para las plantas de laminación del acero. En cualquier caso, se quema CO y se emite CO2.
Un proceso innovador desarrollado por el proyecto financiado con fondos europeos STEELANOL ha demostrado un proceso nuevo y más respetuoso con el medio ambiente para aprovechar los gases residuales del acero. Coordinado por la empresa siderúrgica y minera ArcelorMittal de Bélgica, el proyecto ha mostrado que estos gases pueden reciclarse y fermentarse para producir bioetanol, un combustible empleado en automóviles como sustituto ecológico de los derivados del petróleo.
STEELANOL está mostrando los múltiples beneficios medioambientales que pueden extraerse del reciclaje de los flujos de residuos. Al reducir la cantidad de emisiones en origen se atenúa la huella de carbono directa de las plantas de laminación. Es más, la producción de carburante no derivado del petróleo mantiene los combustibles fósiles bajo tierra. La mayor parte del etanol resultante se mezclará con gasolina, pero también se utilizará en otros productos como combustibles para aviación.
ArcelorMittal ya ha puesto en marcha la construcción de las instalaciones nuevas en Gante (Bélgica). Los gases producidos en los altos hornos de la planta siderúrgica de Gante se utilizarán para fabricar bioetanol en lo que supondrá la primera instalación productiva a escala comercial de Europa. Si cumple con sus objetivos, dará pie a que se reduzcan en gran medida las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria siderúrgica. Hoy en día, cerca de una cuarta parte de las emisiones de CO2 del sector manufacturero las genera la industria del hierro y el acero. Cada tonelada de bioetanol producida en la planta nueva podría sustituir a cerca de 830 litros de petróleo y reducir las emisiones de CO2 de ArcelorMittal en 2,3 toneladas.
La nueva tecnología que hace posible esta conversión de gas es producto del trabajo de LanzaTech, una empresa asociada al proyecto dedicada al reciclaje de carbono. En un proceso de fermentación de gas pionero, bacterias anaeróbicas se alimentan del CO de los gases residuales del acero para generar bioetanol, un proceso que no repercute en el agua, los alimentos o la biodiversidad.
Según declaró Jennifer Holmgren, directora ejecutiva de LanzaTech, en una
nota de prensa publicada en el sitio web de STEELANOL: «El carbono de un solo uso debe dejarse atrás. Para descarbonizar nuestra economía, será necesario contar con el compromiso de grandes empresas y administraciones de todo el mundo a fin de garantizar que las tecnologías de reutilización del carbono forman parte de la solución. Esta instalación europea encarna los principios fundamentales de la economía circular y supone un impulso hacia un mundo con una producción de acero sin residuos».
Las instalaciones de Gante fabricarán, cuando se completen, cerca de 80 millones de litros de bioetanol al año. El impacto de los gases de efecto invernadero de esta producción será un 65 % menor que el de los combustibles derivados del petróleo. Es equiparable a poner en circulación 100 000 coches eléctricos cada año. La producción de bioetanol comenzará a partir de 2020.
STEELANOL (Production of sustainable, advanced bio-ethANOL through an innovative gas-fermentation process using exhaust gases emitted in the STEEL industry) ha mostrado que esta tecnología puede cumplir con los requisitos de alta calidad de los carburantes de automoción. Los procesos desarrollados podrían sustituir una enorme cantidad de combustibles en el sector del transporte y otros sectores.
Para más información, consulte:
Sitio web del proyecto STEELANOL