La termorregulación del cuerpo humano

La exposición al estrés térmico afecta especialmente a los segmentos de población más vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas con afecciones cardiovasculares y respiratorias. Bajo los auspicios de la Unión Europea, un equipo de investigadores estudió los mecanismos de regulación de la temperatura y los golpes de calor para mejorar las estrategias de prevención.

El proyecto ICARUS (International cooperation for the advancement of research on the underlying system of human thermoregulation) se puso en marcha con el propósito de mitigar la morbimortalidad provocada por el calor. El objetivo principal de esta iniciativa de intercambio era fomentar el desarrollo de un centro multinacional de excelencia en fisiología medioambiental.

Para ello, se creó un programa de intercambio de científicos en el que participaron distintas entidades europeas de investigación y un centro de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) que es una autoridad internacional en la materia. El consorcio, integrado por socios de Eslovenia, Grecia, Países Bajos y Sudáfrica, abordó los distintos aspectos de la termorregulación humana y sus resultados mediante investigaciones conjuntas, trabajo en red, acciones de formación de investigadores y seminarios. Esta colaboración a largo plazo en materia de exposición al calor ambiental redundará en beneficio de la salud pública.

Algo más de un tercio de los investigadores eran noveles, mientras que el resto contaban con una dilatada experiencia. Las investigaciones conjuntas incidieron en los factores de naturaleza térmica y no térmica que afectan a los mecanismos neuronales encargados de la regulación de la temperatura. Por otra parte, se evaluó el equilibrio térmico del organismo y el índice de sudoración durante varias sesiones sucesivas de ejercicio, empleando simultáneamente técnicas de calorimetría indirecta y de todo el cuerpo.

Tres talleres especializados y varios seminarios proporcionaron entornos estructurados propicios para el intercambio de conocimientos e información y permitieron agilizar el proceso de aprendizaje. El trabajo en red facilitó también un intercambio eficaz de datos y de otros recursos comunes.

Los estudios de investigación, por su parte, aportaron nueva información de cierta trascendencia sobre los efectos de la exposición crónica al frío en el metabolismo, así como la influencia de la inactividad (un factor de naturaleza no térmica) en la regulación de la temperatura. Asimismo, esta iniciativa proporcionó nuevos datos sobre los golpes de calor provocados por el ejercicio, la interpretación de la fisiología medioambiental y la posibilidad de aumentar la tolerancia al calor durante la actividad en condiciones desérticas simuladas.

Esta experiencia de investigación colaborativa ha aportado nuevas claves sobre los mecanismos de regulación de la temperatura, y sus resultados permitirán mejorar las estrategias de prevención de los golpes de calor y la mortalidad asociada a los mismos.

publicado: 2015-11-25
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