¿Volamos al trabajo?

El concepto de vehículo aéreo personal (personal aerial vehicle, PAV) podría estar pasando, de manera lenta pero segura, de la esfera de la ciencia ficción a la realidad. Diversos desarrollos tecnológicos recientes están despejando el camino para este horizonte, hasta hace poco inverosímil.

La ciencia ficción siempre ha representado un futuro en el que el cielo está repleto de PAV, visión que está más cerca que nunca de la realidad gracias al proyecto financiado con fondos europeos «Enabling technologies for personal air transport systems» (MYCOPTER).

Concibiendo un vehículo volador personal capaz de despegar y aterrizar en vertical, el proyecto está investigando las tecnologías de automatización necesarias y la interfaz hombre-máquina sin perder de vista el impacto socioeconómico de tales avances.

Un sistema de transporte aéreo personal (PATS, Personal Aerial Transportation System) podría reducir los problemas de congestión del tráfico, cada vez más habituales en el transporte terrestre, lo que a su vez podría derivar en un ahorro de tiempo, en un aumento de la productividad, en un menor nivel de frustración y en un incremento de la flexibilidad en lo que a la planificación urbana se refiere. Sin embargo, antes de que un sistema semejante pueda brindar estos prometedores avances, resulta necesario solventar varios desafíos de corte tecnológico y social.

Las tecnologías de automatización desempeñarán un papel clave en el éxito de los PATS. Algunos ejemplos de los principales desafíos a los que se enfrenta MYCOPTER están relacionados con los vuelos autónomos en entornos urbanos para los que no se puede garantizar una localización precisa vía GPS, un sistema de pilotaje automático que evite las colisiones y la selección de emplazamientos para aterrizar de manera automática.

A su vez, la interacción entre el piloto y el PAV posee una importancia capital. De cara a lograr que volar resulte tan sencillo como conducir un automóvil, resulta indispensable contar con interfaces humano-máquina. Dado que los vehículos convencionales no se ajustan a los requisitos necesarios para esto, MYCOPTER está investigando el modo en que se debería incrementar la capacidad de respuesta de los vehículos y en que se podría formar a los pilotos. Se estima que varios sistemas de control de vuelo novedosos, como puedan ser un volante y pedales, o bien palancas dotadas con retroalimentación de fuerza («force-feedback»), serían adecuados para pilotos con una experiencia en vuelo limitada. Estos nuevos conceptos se han integrado en varios simuladores y puesto a prueba en situaciones de vuelo.

No obstante, no cabe ningún género de dudas de que un PATS jamás trascenderá el ámbito teórico si no cuenta con el beneplácito de la sociedad. El proyecto MYCOPTER está estudiando los requisitos previos y las repercusiones de carácter sociotecnológico de un sistema de estas características. Un sondeo realizado entre cuatro grupos focales en diferentes países de Europa está arrojando luz con respecto a las expectativas que, a nivel social, se albergan sobre un sistema similar y su posible papel en la movilidad del mañana.

Si bien es cierto que aún deben resolverse diversos aspectos antes de que los PAV puedan despegar, se ha conseguido sentar las bases para mejorar esta tecnología, de la que se espera que, una vez en funcionamiento, reduzca la congestión del tráfico vial en entornos urbanos, permita ahorrar tiempo y combustible, amén de aumentar la calidad de vida de los ciudadanos de la Unión Europea.

publicado: 2015-06-23
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