Protección frente a la corrosión del hormigón reforzado

La corrosión del acero integrado en el hormigón reforzado reduce de manera significativa su vida útil y conlleva consecuencias potencialmente peligrosas. Los métodos electroquímicos modernos y la nanotecnología pueden resolver el problema en los edificios tanto actuales como futuros.

La mayoría de los edificios de hormigón reforzado existentes en Europa se construyeron antes de 1970, y actualmente acarrean gastos importantes de rehabilitación y renovación por causa de la corrosión. Una nueva tecnología desarrollada en el marco del proyecto financiado con fondos europeos DOSECOPS aspira a eliminar y prevenir la corrosión al tiempo que mejora la resistencia de unión y tensil del material.

El consorcio aúna a un equipo internacional de expertos procedentes de China y Europa, con un interés común en el problema ante la envejecida infraestructura europea y los muchos edificios que en China muestran ya signos de corrosión aun recién construidos. La solución propuesta utiliza una remediación electroquímica junto con la inyección electroquímica de nanopartículas.

La carbonatación y los iones cloruro son las causas de corrosión elegidas como dianas. La pasta de cemento es muy alcalina (tiene un pH alto), principalmente debido a su contenido en hidróxido de calcio o cal. Esa alcalinidad pasiviza la superficie del acero con una película de óxido, protegiéndola frente a la corrosión. La carbonatación se produce cuando el dióxido de carbono (CO2) se disuelve en el agua de lluvia y reacciona con la caliza del cemento. Los iones cloruro procedentes de mezclas contaminadas o de fuentes medioambientales como sales anticongelantes o agua salada provocan la rotura localizada de la película protectora. Tanto la carbonatación como el ataque por cloruros rebajan el pH y hacen la película de pasivación inestable.

Las tecnologías electroquímicas están facilitando la realcalinización del hormigón carbonatado, la eliminación de cloruros y la inyección de nanopartículas. Ciertos sistemas de protección catódica contrastados que actualmente permiten la inyección de corriente para suprimir la corrosión se están desarrollando también en mayor medida para obtener nuevas estructuras de hormigón reforzado.

Alcanzado el ecuador del proyecto, se están validando los nuevos procesos con estudios experimentales y numéricos. Se están tratando hormigones carbonatados y contaminados con cloruros mediante procesos que utilizan mallas de polímeros reforzados con fibra de carbono y microcápsulas integradas, respectivamente. También se están ensayando nuevos sistemas de protección catódica basados en el rendimiento para estructuras marinas.

Las tecnologías utilizadas eliminarán los cloruros del hormigón y aumentarán su alcalinidad. También sellarán sus poros, evitando la posterior entrada de cloruros y/o CO2 del ambiente y mejorando las propiedades mecánicas del material para conseguir una solución permanente.

La carbonatación es un problema en aumento dados los niveles crecientes de CO2 en la atmósfera. De la tecnología desarrollada dentro del proyecto DOSECOPS se beneficiarán los edificios y las infraestructuras de hormigón reforzado tanto actuales como futuros. Se espera que tenga un importante impacto socioeconómico, al reducir los costes de mantenimiento y control al tiempo que aumenta la seguridad.

publicado: 2015-06-03
Comentarios


Privacy Policy