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El agua puede influir de manera muy importante sobre la fricción de la calzada, y su efecto sobre la adherencia proporcionada por los neumáticos puede dar lugar a condiciones de conducción peligrosas. Los métodos y dispositivos existentes para medir la resistencia al deslizamiento de las calzadas son limitados en su alcance y no tienen en cuenta todos los elementos que afectan a la adherencia de los neumáticos y de la calzada.
El proyecto «Enhanced driver safety due to improved skid resistance» (SKIDSAFE), financiado por la UE, se ha orientado a evaluar cómo interactúan el pavimento y los neumáticos. Ello ha permitido crear herramientas que predicen la pérdida acumulada de resistencia al deslizamiento con respecto al desgaste del pavimento.
Con el fin de profundizar en la interacción entre el pavimento y los neumáticos, el equipo del proyecto ha diseñado y fabricado un dispositivo que realiza pruebas sobre distintas superficies pavimentadas y neumáticos. Se han utilizado modelos de neumáticos y algoritmos avanzados para reproducir escenarios que favorecen la generación de fricción y desgaste entre calzada y neumático.
Las simulaciones han permitido identificar factores que afectan a la magnitud y el deterioro de la resistencia al deslizamiento en pavimentos secos. Esos factores se han utilizado posteriormente para estudiar los efectos negativos de los pavimentos mojados. Se ha utilizado un vehículo de prueba para demostrar el deslizamiento provocado por la calzada al estar mojada.
Sobre la base de estos hallazgos se han desarrollado tres herramientas de gestión de la resistencia al deslizamiento de los pavimentos.
Con la introducción de soluciones innovadoras para la gestión de pavimentos que permiten medir la resistencia al deslizamiento de las calzadas, cabe esperar que SKIDSAFE permita disminuir el número de accidentes de tráfico a la vez que se ayudará a las autoridades a determinar los límites de velocidad más seguros.