La nutrición para evitar la toxicidad de las nanopartículas
Resulta muy urgente y necesario disponer de información sobre los efectos dañinos que las nanopartículas industriales pueden provocar sobre la salud de las personas. Con las becas intraeuropeas para el desarrollo profesional (IEF) se estudió el efecto protector que la nutrición ejerce sobre la toxicidad de las nanopartículas.
La nanotecnología se ha convertido rápidamente en parte de la vida de
las personas y promete revolucionar los productos sanitarios y de
consumo. Gracias a sus singulares propiedades fisicoquímicas, las
nanopartículas resultan óptimas para muchas aplicaciones.
Existen resultados experimentales que demuestran que las
nanopartículas producen citotoxicidad, estrés oxidativo, genotoxicidad y
respuestas inflamatorias, todas las cuales pueden causar enfermedades
cardiovasculares. No obstante, hasta el momento no se han sugerido
medidas protectoras contra las lesiones en las que intervienen
nanopartículas.
Este fue el objetivo del proyecto financiado por la Unión Europea
NANOMEGA, que investigó los mecanismos moleculares inherentes a la
toxicidad del dióxido de titanio y de las nanopartículas de plata. El
proyecto estudió el estrés oxidativo y la función que desempeña en la
activación de las vías de señalización asociadas al daño en el ADN y a
su reparación. Además, el consorcio estudió el efecto de la nutrición, y
en particular, el efecto de una dieta rica en ácidos grasos ω-3 como
medida protectora de la toxicidad de las nanopartículas.
En el proyecto NANOMEGA se observó que las nanopartículas de plata
aumentan la cantidad intracelular de especies de oxígeno reactivo (EOR),
el cual favorece de forma significativa el estrés oxidativo. La
capacidad de las nanopartículas de adherirse a los metales acoplados a
los compuestos químicos de la superficie podría inducir directamente la
formación de EOR. Otra posibilidad es que las nanopartículas causen
toxicidad por su interferencia con la función de las oxidasas NADPH
productoras de EOR. Con respecto al daño en el ADN, los experimentos
permitieron identificar cuáles son las moléculas que desempeñan una
función fundamental en la reparación tras el efecto tóxico de las
nanopartículas.
El resultado más importante del estudio NANOMEGA fue descubrir que
la adición del ácido graso DHA reduce significativamente el daño en el
ADN inducido por nanopartículas. Este resultado se alcanzó aumentando la
expresión de las enzimas de reparación del ADN con la consecuente
mejora de la viabilidad global.
Combinados, los resultados de NANOMEGA describen los mecanismos de
toxicidad asociados a las nanopartículas. Cabe destacar que esta fue la
primera vez que se propusieron intervenciones para aliviar lo más
posible los efectos secundarios y así se redujo la toxicidad de los
productos nanotecnológicos.
publicado: 2015-04-01