Un grupo de la Unión Europea ha contribuido a ampliar la capacidad del sector de la aviación para innovar y satisfacer con celeridad la demanda de tipos novedosos de aeronaves. El equipo tenía por objetivo abordar trece prioridades de índole económica y medioambiental y, a su vez, despejar el panorama para propiciar que surjan oportunidades significativas de financiación y de colaboración internacional.
Tradicionalmente, el ciclo propio del sector de la aviación resulta muy 
extenso y ha progresado a un ritmo lento. Sin embargo, diversos factores
 relacionados con el medio ambiente y la competitividad están impulsando
 un cambio acelerado. Para satisfacer la nueva demanda, resulta 
necesario potenciar todos los aspectos de la cadena de suministro del 
sector aeronáutico.
El proyecto «Clean Aerospace REgions» (
CARE),
 financiado por la UE, se creó para proponer un marco europeo que 
fomente la innovación en materia de aviación ecológica a la par que se 
ocupa de diferentes cuestiones de carácter medioambiental e 
internacional. La iniciativa, formada por diez socios, desarrolló sus 
funciones durante un lapso de tres años que se extendió desde enero de 
2012 hasta finales de 2014.
En la fase inicial, el conjunto de los grupos se dedicó a analizar 
la situación en sus respectivos campos. El resultado fue un informe en 
el que se destacaban un total de treinta y dos prioridades 
medioambientales y económicas clave. Tras esto, el consorcio definió los
 trece elementos más relevantes, en los que posteriormente se centró, y 
elaboró un plan de actuación.
El proyecto tuvo la ocasión de estudiar diversas oportunidades de 
financiación relevantes y diseñó una base de datos de agentes deseosos 
de colaborar en la investigación relativa a los ámbitos temáticos 
tratados por CARE. Una vez alcanzado el primer periodo documentado, el 
proyecto había conseguido reunir al 80 % de los trescientos interesados 
que se había marcado como objetivo.
Además, cada uno de los grupos de la iniciativa analizó sus propias 
debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. La comparación 
general de dichos análisis reveló la capacidad y la situación de cada 
uno de ellos en relación con los trece retos fundamentales.
El proyecto CARE se materializó en una base de datos de grupos de 
interesados pertenecientes al dominio en cuestión dispuestos a cooperar 
en la investigación en el campo de la aviación ecológica. El trabajo 
realizado sirvió para incrementar el alcance de la investigación 
colaborativa, lo que también conducirá a un aumento en el nivel de 
competitividad del sector.