Se prevé que la cantidad de personas que conducen vehículos eléctricos
no dejará de aumentar, por sus favorables condiciones de consumo
energético y respeto al medio ambiente. A raíz de ello, también será más
frecuente cambiar de un modo de transporte a otro, lo que plantea la
necesidad de encontrar mejores sistemas de aparcamiento en los centros
neurálgicos de transporte.
Con vistas a preparar esta transición en la movilidad, el
consorcio de V-CHARGE
—formado por seis entidades asociadas de cuatro países— trabaja en la
creación de un sistema totalmente automático de estacionamiento (y
recarga) para automóviles eléctricos que se implantará en aparcamientos
públicos. Actualmente el consorcio cuenta con dos vehículos eléctricos
de pruebas (uno en Wolfsburgo y otro en Zúrich), mientras que un tercero
está en fase de desarrollo.
«El objetivo es aprovechar de verdad la
tecnología para ofrecer a la población una mezcla optimizada de
transporte público y particular», explicó el
Dr. Paul Furgale , coordinador científico de V-CHARGE y subdirector del laboratorio de sistemas autónomos del
Instituto Federal Suizo de Tecnología
de Zúrich (ETH Zurich). «En un aparcamiento disuasorio ("park and
ride") plenamente automatizado, los conductores podrán bajarse del
automóvil y subir de inmediato al tren sin tener que buscar una plaza
donde dejar el coche. De este modo, cada conductor se ahorrará varios
minutos al día».
Otra ventaja de V-CHARGE es que hará más fluido el
tránsito por el interior del aparcamiento, al permitir que se ocupen con
rapidez las plazas libres y reducir al mínimo los atascos.
SMARTPHONES Y SENSORES
Con
V-CHARGE, los conductores podrán bajarse del coche en la entrada del
aparcamiento y activar el proceso de estacionamiento del automóvil
mediante una aplicación de smartphone. Su funcionamiento es el
siguiente. En primer lugar, el vehículo se conecta al servidor del
aparcamiento, que recibe desde el teléfono una señal de solicitud de
estacionamiento. Entonces, el servidor calcula el itinerario y lo
comunica al automóvil, que se desplaza por sí solo hasta la plaza
designada.
Si otro vehículo se interpone en su trayectoria, el coche
eléctrico se detiene o bien maniobra para evitar la colisión. También es
posible programar el automóvil para que, dentro del aparcamiento, se
desplace por sí solo hasta un punto de recarga. Cuando el conductor
regresa, se vale de la misma aplicación para que su automóvil acuda,
recargado y listo para conducir.
Dado que la señal de satélite de GPS
no se recibe en el interior de los aparcamientos, los científicos han
desarrollado un sistema que consiste en dotar a cada automóvil de ocho
cámaras en total.
El vehículo debe conectarse al servidor del
aparcamiento y descargar un plano de las instalaciones. El vehículo
compara los datos captados por sus cámaras con los datos del plano y, de
esa manera, puede determinar su ubicación exacta y su destino, con el
fin de orientarse y llegar hasta él.
Este sistema funcionará en
cualquier aparcamiento, siempre que los automóviles estén equipados con
sensores y cámaras similares a los que ya se utilizan hoy en día en los
asistentes de aparcamiento y sistemas de frenado de emergencia.
SEGURIDAD Y PRECISIÓN
Con
la seguridad como premisa, la velocidad de los automóviles se ha
limitado a diez kilómetros por hora durante la conducción autónoma.
Los
científicos participantes realizaron pruebas satisfactorias con el
sistema de estacionamiento plenamente automático en el aparcamiento
Bosch del aeropuerto de Stuttgart. Ahora están centrados en elevar el
nivel de precisión de las maniobras de estacionamiento y en perfeccionar
la navegación. De esta manera, los vehículos podrán enfrentarse con
garantías a cualquier situación que pueda surgir, por ejemplo cambios en
las condiciones de alumbrado o el tránsito de numerosos peatones.
«Un
aparcamiento puede ser una zona extremadamente compleja», explicó
Furgale. «En la última etapa del proyecto nos centraremos en el
funcionamiento en entornos dinámicos y en el seguimiento de objetos
móviles por la zona».
El equipo del proyecto tiene el objetivo de
poner en funcionamiento un sistema piloto de aparcamiento disuasorio
automatizado antes de septiembre de 2015.
Se espera que el sistema al
completo de estacionamiento y recarga autónomos esté listo para
comercializarse en el próximo decenio. No obstante, algunos de sus
componentes podrían estar disponibles mucho antes.
A largo plazo,
Furgale opina que la misma tecnología podría aprovecharse para
desarrollar sistemas de estacionamiento autónomo para vehículos
eléctricos en las calles de cualquier ciudad. «Esta opción entraña aún
más dificultades», reconoció, «pero una vez se disponga de los planos,
se podrá componer el resto de la tecnología».
V-CHARGE es un proyecto
de cuatro años de duración que recibió fondos por valor de 5,6 millones
de euros en virtud del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión
Europea.
Enlace al proyecto en CORDISEnlace a la página web del proyecto