Estas nuevas 
capacidades, sumadas a un sistema de producción de robots dotados de 
sensibilidad táctil, conducirán a la construcción de robots que realicen
 funciones más precisas en entornos sin restricciones y puedan 
comunicarse y cooperar mejor entre sí y con humanos.
A través del proyecto financiado con fondos europeos «Skin-based 
technologies and capabilities for safe, autonomous and interactive 
robots» (ROBOSKIN) se han desarrollado nuevas tecnologías de sensores y 
sistemas de gestión que proporcionan a los robots un sentido artificial 
del tacto, una cualidad aún no perfeccionada en el ámbito de la 
robótica.
Según los socios responsables de la investigación, procedentes de 
Italia, Suiza y Reino Unido, era importante crear mecanismos cognitivos 
basados en una retroalimentación táctil (es decir, el sentido del tacto)
 y los comportamientos asociados para lograr que las interacciones entre
 humanos y robots sean seguras y efectivas en las aplicaciones futuras 
contempladas.
El diseño de la nueva piel artificial se basa en gran medida en la 
piel real, que cuenta con una red diminuta de nervios que sienten o 
perciben cambios como de caliente a frío y de suave a áspero y 
viceversa. Los sensores electrónicos de la piel artificial recogen 
«datos táctiles» y los procesan con un programa informático cargado 
previamente y que incluye algunos comportamientos robóticos básicos, los
 cuales pueden ampliarse con el tiempo.
Según explicó el coordinador del proyecto, el profesor Giorgio 
Cannata de la Universidad de Génova (Italia): «Nos decantamos por la 
programación mediada por la demostración y el juego asistido por el 
robot para que los robots aprendan sobre la marcha a medida que sienten,
 realizan acciones e interactúan».
«Tuvimos que generar cierto grado de "consciencia" en los robots 
para ayudarles a reaccionar a la información táctil y al contacto físico
 con el mundo exterior».
Kaspar, el robot amistoso
Sin embargo, la cognición robótica es extremadamente compleja, por 
lo que el equipo de ROBOSKIN empezó marcándose objetivos modestos en 
pruebas de laboratorio consistentes en clasificar tipos o grados de 
tacto. Crearon un mapa geométrico por medio de un contacto continuo 
entre el robot de prueba y el entorno para así construir una 
«representación corporal», es decir, parámetros mediante los cuales el 
robot puede asimilar datos y transformarlos en comportamientos.
Por otra parte, fuera del laboratorio, se instalaron parches 
sensores de ROBOSKIN en puntos de contacto comunes (pies, mejillas, 
brazos) repartidos por el robot KASPAR de la Universidad de Hertfordshire, un robot humanoide diseñado para facilitar la comunicación a niños con autismo.
«Gracias a nuestros sensores, el robot podía sentir o detectar el 
contacto, y los datos recabados constituyeron una parte importante de la
 clasificación de contactos que realizamos, para distinguir por ejemplo 
entre un contacto deseado y otro no deseado», explicó el profesor 
Cannata.
Los científicos participantes en ROBOSKIN evaluaron varias 
tecnologías, desde los sensores capacitivos más básicos integrados en 
tecnologías de detección actuales hasta los transductores de mayor 
rendimiento instalados en ciertos materiales piezoeléctricos y 
semiconductores orgánicos flexibles.
«A corto plazo seremos testigos de un uso cada vez más profuso de 
materiales piezoeléctricos, los cuales son capaces de actuar como 
sensores puesto que reaccionan a cambios inducidos por el contacto con 
una fuerza externa», aseguró el profesor Cannata. Pero en su opinión lo 
que causará un cambio más radical del sector serán los sensores que 
empleen semiconductores orgánicos, ya que permitirán imprimir los chips 
sobre distintos materiales orgánicos, como piel falsa o materiales 
flexibles, y a largo plazo resultarán mucho más económicos de producir a
 gran escala.
Promoción de los prototipos
El período de financiación del proyecto ROBOSKIN concluyó el pasado 
verano, pero sus investigadores se encuentran muy activos en la 
divulgación de sus hallazgos a través de canales científicos, por 
ejemplo con artículos publicados en IEEE Xplore y Science Direct, y 
también con solicitudes de interés para compartir sus prototipos con 
proyectos científicos no comerciales.
Según aclaró el profesor Cannata, los sensores táctiles distan de 
ser una tecnología nueva, Cannata, pero ROBOSKIN ha logrado desarrollar 
un sistema de producción para incorporar sensores táctiles a distintos 
robots. Se trata de métodos excepcionales que resuelven un problema 
arrastrado desde hace décadas como es el de ampliar la percepción 
sensorial de los robots.
«Aún nos encontramos en una etapa de demostración precomercial, pero
 indudablemente la última versión de nuestros sensores táctiles posee un
 potencial mayor en la industria, dado que las fábricas buscan formas 
seguras y rentables económicamente de utilizar robots capaces de 
mantener un contacto más estrecho con sus operarios humanos», explicó el
 coordinador.
El equipo del proyecto, que ha patentado algunas partes de su 
trabajo, destaca que ponen sus prototipos a disposición de otras 
investigaciones científicas. La tecnología de ROBOSKIN ya se ha 
integrado en iCub, la plataforma de robótica abierta del Instituto 
Italiano de Tecnología.
«La clave consistió en asegurarnos de que nuestras tecnologías 
básicas fueran compatibles con distintas plataformas robóticas que 
podrían evolucionar en este campo, inmerso en un vertiginoso devenir 
-señaló el profesor Cannata. Y eso es justamente lo que hemos 
conseguido».
El proyecto ROBOSKIN recibió 3,5 millones de euros (de un 
presupuesto total de 4,7 millones de euros) para investigación por medio
 del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea.
Enlace al proyecto en CORDIS:
- el 7PM en CORDIS
- ficha informativa del proyecto ROBOSKIN en CORDIS
Enlace a la página web del proyecto:
- «Skin-based technologies and capabilities for safe, autonomous and interactive robots»
Enlaces a noticias o artículos relacionados:
- Un robot micrométrico al frente del sector de la fabricación
- Tecnologías útiles para robots diestros
- Robots que se nos parecen
Otros enlaces:
- web de la Comisión Europea dedicada a la Agenda Digital
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