La respuesta que se genera ante una situación de estrés intenso, como cuando nos enfrentamos a una amenaza inminente, da prioridad a procesos del comportamiento y fisiológicos en pos de la supervivencia. Este cambio en las prioridades se produce por la liberación de hormonas, las cuales suprimen temporalmente el comportamiento que no es fundamental para la supervivencia inmediata, como por ejemplo la obtención de alimento, el cortejo y otras actividades que no dan lugar de manera directa a evitar amenazas, combatirlas o escapar de ellas.
Lo verdaderamente interesante para los estudiosos de medicina y biología evolutiva es la causa de la variación entre individuos en la intensidad de la respuesta al estrés en adultos. La edad es un factor fundamental, puesto que la capacidad de respuesta se reduce con la edad en varias especies, lo que no está tan claro es por qué existen ciertas variaciones.
Una explicación posible es que lo que determina las prioridades del comportamiento sea la esperanza de vida en lugar de la edad cronológica. Un organismo envejecido biológicamente puede tener una esperanza de vida menor que un organismo cronológicamente viejo.
La adversidad acelera el envejecimiento biológico
Dada la velocidad de envejecimiento biológico distinto en individuos con la misma edad cronológica, el equipo se planteó si la edad biológica —medida en función de la longitud de los
telómeros de glóbulos rojos— permitía predecir variaciones en la respuesta al estrés en animales adultos de la misma edad cronológica.
Los investigadores, apoyados en parte por el proyecto europeo ECOTELLO, acaban de publicar en
«Royal Society Open Science» los descubrimientos logrados mediante su estudio de dos grupos de estorninos. La exposición a adversidades pude ser fundamental para el envejecimiento biológico, y un grado elevado de adversidad al principio de la vida puede resultar particularmente dañino.
Para simular esta situación, el equipo manipuló la velocidad de envejecimiento biológico en un grupo alterando la competitividad que experimentaban los polluelos durante las dos primeras semanas tras eclosionar. El segundo grupo maduró sin presiones. Las aves se introdujeron en una jaula al final de su manipulación experimental y se mantuvieron en condiciones uniformes hasta que alcanzaron la edad adulta un año más tarde.
Envejecimiento biológico o cronológico, ¿qué influye más en la respuesta al estrés?
Los investigadores buscaban medir las concentraciones de corticosterona, una hormona involucrada en la regulación de las respuestas al estrés, tras quince y treinta minutos de producirse una acción estresante. Descubrieron que las aves con un mayor desgaste de los telómeros a causa del desarrollo presentaban concentraciones máximas de corticosterona menores que regresaban a los niveles normales con mayor rapidez.
Tal y como escriben, «nuestros resultados ofrecen por tanto indicios sólidos de que una medición de la edad biológica explica la variación individual de la respuesta al estrés: las aves más viejas biológicamente respondían menos al estrés. Nuestros resultados ofrecen una explicación nueva al fenómeno de la programación del desarrollo de la respuesta al estrés: los cambios observados en la fisiología del estrés a consecuencia de la exposición a adversidades al principio de la vida pueden ser un reflejo de cambios en el envejecimiento».
El proyecto ECOTELO (The ecological significance of telomere dynamics: environments, individuals and inheritance) aborda la falta de trabajos experimentales que estudian los telómeros en individuos sometidos a distintas circunstancias ambientales. El trabajo presentado en su artículo forma parte de un programa experimental innovador en el que se estudian los efectos de los estresantes medioambientales en la senescencia y la duración de la vida.
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