Tendencias científicas: Una nueva teoría sugiere que el orgasmo femenino es un «vestigio evolutivo»
En un artículo publicado recientemente, un grupo de científicos radicados en Estados Unidos sostiene que el orgasmo femenino podría tener su origen en un mecanismo de liberación de óvulos durante el sexo, mecanismo que pasó a ser redundante al evolucionar la ovulación espontánea.
Una de las escenas más representativas del cine del siglo XX es aquella en la que Meg Ryan simula cómicamente un orgasmo en un restaurante de comida rápida abarrotado de gente delante de un avergonzado Billy Crystal en el taquillazo de 1989 «Cuando Harry encontró a Sally». Sin embargo, las funciones evolutivas específicas del orgasmo femenino han desconcertado a los científicos de varias generaciones, puesto que esa sensación de euforia no es necesaria para la concepción. Actualmente, algunos científicos sostienen que, en lugar de tener una finalidad evolutiva, el placer que produce el orgasmo femenino no es más que un vestigio de la forma en la que los incrementos de los niveles hormonales asociados a la ovulación inducían esta última en los mamíferos ancestrales.
Los seres humanos y otros primates no necesitan mantener relaciones sexuales para que se inicie la ovulación, puesto que han evolucionado hasta un punto en el que este proceso tiene lugar por sí solo. No obstante, según la hipótesis de los científicos, los cambios hormonales que se producen durante las relaciones sexuales persisten y estimulan el orgasmo femenino. Dado que estos incrementos de los niveles hormonales ya no producen una ventaja biológica, es posible que algunas mujeres ya no experimenten orgasmos durante la práctica del sexo.
El nuevo trabajo que se está llevando a cabo se dirige a lo que David Puts, antropólogo especializado en biología de la Universidad Estatal de Pensilvania, en el campus de University Park, denomina «una de la cuestiones más polémicas en el estudio de la evolución de la sexualidad humana: si el orgasmo femenino posee una función evolutiva». Los científicos han propuesto docenas de teorías en torno a la evolución del orgasmo femenino, la mayoría de las cuales se han formulado hace décadas o incluso más tiempo atrás. En ellas se han incluido argumentos como que las mujeres tienen orgasmos porque su aparato reproductivo posee un origen común con el del varón, quien, desde el punto de vista biológico, necesita el orgasmo para expulsar espermatozoides. Otra teoría extendida es la de que los orgasmos persisten porque propician la fidelidad de las parejas. En otras se ha propuesto que los orgasmos femeninos favorecen condiciones fisiológicas óptimas que aumentan las probabilidades de concepción.
En un artículo publicado en «JEZ-Molecular and Development Evolution», los coautores Mihaela Pavilcev, del Hospital infantil de Cincinnati, y Gunter Wagner, de la Universidad de Yale, describen cómo ahondaron en la anatomía y el comportamiento de una serie de mamíferos placentarios para desvelar el origen evolutivo del orgasmo femenino. En los mamíferos, como los gatos y los conejos, se producen incrementos de los niveles hormonales durante el sexo y son fundamentales en la señalización de la liberación de óvulos por los ovarios femeninos; en realidad, constituyen un componente absolutamente esencial del proceso reproductivo. Al rastrear estos mecanismos de la ovulación por el árbol evolutivo de los mamíferos, los científicos han observado que la conocida como «ovulación inducida por el varón» precede a la ovulación espontánea que podría haber surgido en el ancestro común de primates y roedores hace unos setenta y cinco millones de años.
Los autores sostienen que su teoría está avalada por una comparación de la posición del clítoris, que da lugar al orgasmo, en diferentes mamíferos. Las especies que dependen de los incrementos de los niveles hormonales para iniciar la ovulación suelen tener un clítoris en el interior del canal sexual femenino o cerca de él, aumentando las probabilidades de que resulte estimulado durante la actividad sexual. Los mamíferos que ovulan de forma espontánea, incluidos los seres humanos, lo tienen alejado. Esto también podría servir para explicar, según Pavilcev, por qué muchas mujeres no experimentan orgasmos durante el sexo.
David Puts insiste en que la nueva teoría es verosímil, aunque recalca que solo tiene en cuenta el componente hormonal del orgasmo femenino. «Por supuesto, resulta difícil o imposible investigar el placer sexual en otros animales que no sean los seres humanos», comenta. Sin embargo, afirma que la nueva investigación contribuye a impulsar enormemente nuestro conocimiento de la forma ancestral del orgasmo humano femenino. «Partiendo de ese punto, podemos estudiar cómo han cambiado estos componentes a lo largo de la evolución en respuesta a supuestas presiones de selección».
Sin embargo, la investigación ha recibido críticas por parte de otros expertos en este campo, como Elisabeth Lloyd, profesora de biología de la Universidad de Indiana, quien sostiene que la teoría no tiene en cuenta los aspectos neurológicos y musculares del orgasmo femenino humano. Además, debido a la gran dificultad que plantea determinar si otros mamíferos sienten el placer asociado a los orgasmos, el trabajo solo podría centrarse en la evolución de algunos de los componentes del orgasmo femenino.
Uno de los efectos positivos del interés continuo que despierta este misterio podría ser la mejora de la medicina reproductiva. Sin embargo, aunque la nueva teoría ofrece una fascinante respuesta a uno de los grandes misterios de la sexualidad humana, parece que los científicos seguirán poniendo a prueba tanto esta teoría como sus propias hipótesis acerca de la verdadera razón de ser del orgasmo femenino.
publicado: 2016-08-23