Sensores de nanoalambre que penetran en las células
La luz y la materia interactúan de maneras excitantes en el interior de los sistemas nano-optomecánicos. Revolucionarios dispositivos basados en nanoalambres que aprovechan la fuerza cuántica de la luz prometen hacer posible la detección ultrasensible de movimientos moleculares en las células vivas.
En cavidades optomecánicas a escala nano, los fotones rebotan de los
espejos. Su momento se amplifica lo suficiente para provocar la
deflexión mecánica de un oscilador. El aprovechamiento de la
nanomecánica de cavidades para detectar deflexiones ha permitido obtener
detectores de masa y fuerza con una sensibilidad sin precedentes. No
obstante, cuando el sistema mecánico encoge por debajo de la longitud de
onda óptica (hasta escalas sublongitud de onda), aparece la difracción y
el efecto de amplificación disminuye.
Con financiación de la UE, el proyecto «Operation of cavity
optomechanics in fluids for ultrasensitive mass detection»
(OPTONANOMECH) afrontó ese y otros desafíos para preparar el camino a
medidas ultrasensibles en el interior de células vivas individuales. Los
científicos consiguieron traspasar los límites mediante el uso de una
oscilación activa para alcanzar alta sensibilidad a temperatura ambiente
y sin condiciones de vacío.
El resonador nanomecánico forma parte de un circuito fotónico de
manera que, tanto el accionamiento como la detección, todo es óptico. La
oscilación activa resultante de la retroacción regenerativa de la
cavidad elimina la necesidad de contar con una fuerza motriz de
corriente alterna constante. Este método no solo elimina las
restricciones de tamaño impuestas por las conexiones eléctricas sino
que, aún más importante, resuelve el problema de la difracción y permite
una sensibilidad sin precedentes. Se abre así la puerta a nuevos
diseños de cavidades que permitan conseguir medidas en el límite
cuántico, el punto a escalas cuánticas en el que la precisión de las
medidas alcanza un límite debido a los efectos de retroacción. Al
desaparecer la necesidad de excitación externa, los diseños de los
nuevos sensores se pueden simplificar enormemente.
Utilizando un sistema de detección óptica basado en nanoalambres
semiconductores, los científicos fueron capaces de detectar unos pocos
zeptogramos (una cantidad cercana a la masa de un protón o un átomo de
hidrógeno) en un fluido con nanoalambres cortos. Tal nivel de
sensibilidad haría posible la detección de eventos ligando-receptor
individuales, como la unión de moléculas a receptores al estilo
llave-cerradura. Esos eventos son un pilar de la señalización intra e
intercelular. Dado que los nanoalambres pueden atravesar la membrana
celular, el sistema sería asimismo apto para la administración
intracelular de fármacos y genes y su control intracelular.
La detección ultrasensible de masa y fuerza a temperatura ambiente y
en fluidos abre la puerta a la detección de eventos biológicos
dinámicos en condiciones realistas y en tiempo real. Trasladar esa
capacidad del laboratorio a la clínica proporcionará una nueva
herramienta revolucionaria de diagnóstico, control y tratamiento. El
proyecto OPTONANOMECH está preparando el camino.
publicado: 2015-01-30