La cantidad de abejas melíferas, salvajes y otros insectos polinizadores está en declive desde hace algunos decenios en Europa. Plagas, patógenos, plaguicidas y el cambio climático han provocado que la mortalidad de las abejas sea preocupante. En la actualidad, Europa tiene cerca de trece millones menos de colonias de abejas de las necesarias para una polinización adecuada de los cultivos.
Así, distintas iniciativas en toda Europa se han dedicado a combatir este grave declive de las abejas. En concreto, dos empresas obtuvieron financiación de la Unión Europea para sus tecnologías apícolas innovadoras, el proyecto HApi financió un método de control de plagas que no emplea sustancias químicas, mientras que el proyecto BEE LABEL se dedicó a desarrollar una colmena conectada.
Control del ácaro Varroa
El método de control de plagas propuesto por una consultoría de ingeniería austriaca combate la infección de Varroa y el discapacitante virus de las alas deformes del que es portador. Estos ácaros parasitarios se infiltran en las colmenas uniéndose al tórax de abejas adultas. Una vez dentro se desplazan hacia las celdas de cría y comienzan a alimentarse de las abejas en desarrollo tras la operculación. En unos pocos días, los ácaros comienzan a poner huevos que se aparean tras madurar. Cuando la abeja se desarrolla y abandona la celda, con ella salen hasta tres ácaros fertilizados que continúan el ciclo. Una infestación grande de Varroa es capaz de matar colonias enteras de abejas con los virus y enfermedades que transmiten.
La mayoría de tratamientos abordan el problema mediante sustancias químicas para reducir la población de ácaros. Pero para evitar que las sustancias químicas no influyan en la calidad de la cera o en el sabor de la miel, las colmenas solo reciben el tratamiento tras extraer la miel. La espera genera otro tipo de problemas: el cambio climático ha adelantado la temporada de puesta, lo cual aumenta también el tiempo que tienen los ácaros para reproducirse.
El método innovador de la empresa austríaca permite tratar las colmenas a principio de la temporada, ya que no utiliza sustancias químicas. Su eficacia se debe a una cualidad fundamental. Durante la fase en la que las abejas atraviesan su metamorfosis de larva a abeja madura, estas son capaces de soportar temperaturas muy elevadas, pero no así los parásitos.
Los panales que contienen las celdas de cría se insertan en un dispositivo, el Varroa Controller. Allí, las celdas selladas se exponen a temperaturas de entre 40 y 47 °C durante dos horas. Este tratamiento no daña en absoluto a las larvas, pero los ácaros mueren en horas.
Colmenas conectadas
Por otro lado, una empresa incipiente francesa ha tratado el problema de la mortalidad en las poblaciones de abejas desde un punto de vista distinto. Sus responsables han desarrollado un sistema de vigilancia remoto denominado Bee Label, que alerta a los apicultores si detecta algún tipo de problema en sus colmenas.
La temperatura, iluminación, humedad, orientación y estabilidad de la colmena inteligente se controlan mediante sensores. Un sensor de masa informa a los apicultores del tamaño de la colonia y de su producción de miel. También se registran mediante un barómetro los cambios meteorológicos que pudieran influir en el comportamiento de las abejas. La información se envía al propietario de la colmena mediante un correo electrónico o un mensaje de texto.
El sistema también resuelve el problema creciente del robo de colmenas. Una alerta antirrobo comunica a los apicultores si se están moviendo las colmenas.
BEE LABEL (Bee Label: A new remote beehive surveillance for better bee health and secured pollination) se propone mejorar su sistema añadiendo sensores, cámaras y paneles solares. HApi (HApi - Hyperthermia in Apiculture - A new product against the Deformed Wing Virus of honey bees), ya concluido, empleó la hipertermia para idear un método de control de plagas que no precisa de sustancias químicas.
Para más información, consulte:
Sitio web de Bee Label y
Sitio web de Varroa Controller