La actividad de los seres humanos tiene consecuencias para los ecosistemas marinos de todo el planeta. La pesca y la acuicultura, la contaminación (incluida la escorrentía agrícola), la pérdida y la degradación de hábitats, y las especies invasoras ejercen presión sobre los ecosistemas marinos y oceánicos. La actividad humana aumenta a toda velocidad y el proyecto financiado con fondos europeos MERCES (Marine Ecosystem Restoration in Changing European Seas) se propone conocer mejor las interacciones cambiantes entre humanos, el medio ambiente y las especies marinas.
El mar Mediterráneo es un ecosistema enormemente variado que contiene entre el 7 y el 10 % de la biodiversidad marina del planeta. Usando datos sobre tendencias del periodo comprendido entre 1950 y 2011, el proyecto MERCES realizó una investigación exhaustiva sobre el mar Mediterráneo al completo y descubrió que las actividades antrópicas han influido sobremanera en las dinámicas de las especies. Los responsables del proyecto publicaron un artículo recientemente en
«Scientific Reports» en el que presentaron sus hallazgos. Uno de ellos señala una reducción en la abundancia de especies de pescado importantes, cuantificada en un 34 % con respecto a las especies comerciales y no comerciales y un 41 % de los principales depredadores. El equipo explicó que los indicadores referentes a la biodiversidad, la biomasa de la comunidad, los niveles tróficos y las capturas muestran una degradación paulatina del ecosistema.
MERCES evaluó las respuestas temporales de la abundancia de especies y las dinámicas de los ecosistemas a los cambios en la productividad primaria y la pesca mediante el modelo de red trófica Ecopath with Ecosin (EwE). El equipo se dedicó a la gestión ecosistémica (EBM) en lugar de a la evaluación de recursos y amenazas individuales, y utilizó modelos que permiten evaluar de forma cuantitativa la función de los distintos factores de estrés.
El estudio, titulado «Historical changes of the Mediterranean Sea ecosystem: modelling the role and impact of primary productivity and fisheries changes over time», cuantifica las dinámicas temporales y calcula una serie de indicadores ecológicos con los que analizar las dinámicas históricas de los ecosistemas. Sus objetivos fueron los siguientes: investigar la evolución temporal del mar mediante el desarrollo de un escenario retrospectivo, establecer diferencias y similitudes en las dinámicas históricas de los ecosistemas mediante modelos y analizar los cambios históricos —estructurales y funcionales— en los ecosistemas marinos mediante indicadores específicos basados en modelos.
Su estudio lo describen como una «base de referencia» que puede resultar útil en las investigaciones futuras ante el aumento de la presión sobre el Mediterráneo debida a la combinación del cambio climático y la actividad humana. Si se tiene en cuenta que la intensidad de estos factores estresantes está aumentando en la mayor parte de la cuenca mediterránea, las acciones de gestión y las políticas del entorno marino deberán basarse más aún en análisis temporales.
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