Europa y Norteamérica aprovechan los distintos beneficios que aporta el Atlántico Norte y sus plataformas continentales marinas circundantes. Estos ecosistemas reciben influjos a escala de cuenca provocados por un forzamiento atmosférico común.
Por desgracia, existe una laguna informativa importante sobre los mecanismos por los que dicho forzamiento repercute en las poblaciones marinas. También resulta escaso el conocimiento sobre los cambios climáticos inminentes que podrían alterar la ecología de la cuenca y sus ciclos biogeoquímicos.
El proyecto financiado con fondos europeos
EURO-BASIN (European Union basin-scale analysis, synthesis and integration) tenía el cometido de lograr una capacidad predictiva, a base de ampliar la base de conocimientos sobre las especies más importantes y los procesos que determinan las dinámicas de estos ecosistemas. En concreto se pretendía recabar información sobre la variabilidad y los posibles impactos del cambio global y el forzamiento antropogénico en los ecosistemas del Atlántico Norte.
Para subsanar las lagunas existentes en el conocimiento, el equipo de EURO-BASIN empleó datos actuales, estudios dirigidos en laboratorio y de campo, y una serie de técnicas de modelización. Esta modelización dio lugar a un enfoque ecosistémico que permitió obtener datos nuevos acerca de los efectos de la variabilidad del clima sobre los ecosistemas marinos y los bienes y servicios que proporcionan.
Los socios del proyecto examinaron las consecuencias del clima y de la pesca sobre especies clave de plancton y peces en el Atlántico y sus zonas situadas sobre las plataformas continentales. Dichas especies influyen sobre la retención de carbono y el funcionamiento de los ecosistemas. A partir de ello, el equipo articuló estrategias con las que mejorar la gestión de los ecosistemas marinos en el Atlántico Norte, aplicando el mencionado enfoque ecosistémico.
EURO-BASIN, que supuso una colaboración con institutos de medio ambiente estadounidenses y canadienses, ayudó a conocer mejor los ecosistemas del Atlántico Norte y puso de relieve los efectos que sufren por el cambio climático y la intensificación de las intervenciones humanas. Sus frutos serán de utilidad para alcanzar objetivos clave de las políticas, y en especial las metas marcadas en la Política Pesquera Común (PPC) y la Directiva marco sobre la estrategia marina.