¿Pueden coexistir los productos transgénicos con los no modificados genéticamente?
Uno de los objetivos centrales de la política agrícola de la Unión Europea es que los consumidores puedan escoger libremente entre los productos convencionales, los ecológicos y los modificados genéticamente. Se ha puesto en marcha una investigación para determinar cómo pueden coexistir estos productos en las cadenas de suministro nacionales e internacionales.
Los distintos Estados miembros de la UE establecen sus propias políticas
de cultivo, transporte y comercialización de productos convencionales,
modificados genéticamente (MG) y orgánicos, siempre en consonancia con
la legislación de la Unión. Las políticas que garantizan la
disponibilidad de las distintas modalidades de productos se denominan
políticas de coexistencia. En este orden de cosas, el proyecto PRICE
(Practical Implementation of Coexistence in Europe), financiado con
fondos europeos, comparó varias estrategias para determinar cuál sería
la forma más práctica y rentable de lograr dicha coexistencia. Para
cumplir sus metas, el consorcio analizó las necesidades y los costes de
todos los operadores de la cadena de producción, desde los dedicados a
la producción de semillas hasta los representantes de la industria de
los piensos.
Se estudiaron los procedimientos empleados para garantizar la coexistencia entre unos y otros productos, tales como el establecimiento de distancias mínimas entre parcelas con cultivos transgénicos y no modificados o la segregación durante el transporte y el almacenamiento. Los socios también se propusieron averiguar en qué medida cumplía la industria alimentaria la normativa de la UE en materia de trazabilidad y etiquetado de productos MG.
Asimismo, PRICE diseñó una herramienta informática de apoyo a la toma de decisiones destinada a los principales agentes de la cadena de producción alimentaria. Se trata de un software en línea para agricultores pero que también puede ayudar a asesores, cooperativas y responsables de la formulación de políticas a planificar estrategias de cultivo. Esta plataforma permite calcular las posibilidades de polinización cruzada entre cultivos de maíz MG y no modificado.
En el marco del proyecto se encuestó a agricultores de varios países de la UE para identificar los gastos derivados del cumplimiento de la normativa de coexistencia en los casos del maíz, la soja, la remolacha y la colza. Uno de los hallazgos más destacados es que la esterilidad citoplasmática masculina en el maíz podría ser muy útil para evitar la polinización cruzada. No obstante, en términos generales, para garantizar la coexistencia basta con crear zonas de amortiguamiento de varias hileras de maíz.
Los científicos elaboraron y validaron con éxito conjuntos de datos sobre el flujo de genes en este tipo de cultivo. Estos se utilizaron para diseñar un nuevo modelo de flujo genético que predice la presencia de OMG en campos destinados a cultivos convencionales, así como para probar algoritmos que permitan mejorar la herramienta de apoyo a la toma de decisiones. El equipo desarrolló además estrategias de muestreo para detectar polen MG en parcelas de especies convencionales, las cuales utilizó en combinación con trampas de polen.
Los investigadores del proyecto recopilaron información sobre las cadenas de suministro internacionales de maíz y soja y realizaron estudios de caso sobre pan de maíz y leche sin modificaciones genéticas. Sus hallazgos apuntan a una mayor presencia de productos obtenidos mediante modificación genética en el comercio internacional y a la diversificación en el número de rasgos genéticos. También indican que la aprobación asíncrona representa un problema para la Unión Europea y debe estudiarse más a fondo.
Se ha establecido una plataforma interactiva de grupos de interesados que ha servido para establecer conexiones entre las actividades de PRICE e iniciativas de similar índole que se desarrollan en todo el mundo. PRICE elaboró varios vídeos que ofrecen un retrato de los distintos agentes interesados y las prácticas a favor de la coexistencia adoptadas en Europa durante el proyecto. Dichos vídeos presentan las perspectivas y visiones de dichos agentes sobre la coexistencia y sobre PRICE.
El equipo llegó a la conclusión de que los productos MG y no modificados genéticamente pueden coexistir en Europa si se cumple el marco jurídico europeo actual. Quedó patente que la situación de los productos no transgénicos dependerá de la disponibilidad de soja no modificada genéticamente fuera de Europa, del sobreprecio de los productos no MG, de los costes de segregación a lo largo de la cadena de suministro y de la disposición de los consumidores de la UE a asumir el precio de los productos no modificados genéticamente. Aunque para muchos agentes interesados se trata de una cuestión controvertida, el interés que suscitan las estrategias de coexistencia justifica más investigaciones y recomendaciones sobre esta cuestión.
publicado: 2016-04-19