Cada vez son mayores las amenazas derivadas de las plagas que afectan a
los ámbitos de la agricultura, la horticultura y la silvicultura en
Europa, así como al medio ambiente en general. La función del régimen
fitosanitario comunitario era la de evitar, a través del proyecto
EUPHRESCO-I, la aparición y la propagación de dichas plagas.
El nuevo proyecto
EUPHRESCO (European phytosanitary research coordination II) se creó para coordinar mejor las actividades científicas desarrolladas en apoyo del régimen fitosanitario europeo. La iniciativa se propuso ampliar en todos los sentidos el alcance del proyecto EUPHRESCO-I y garantizar su sostenibilidad.
En concreto, EUPHRESCO aspiraba a consolidar y coordinar, por primera vez, la financiación nacional, transnacional y de la UE destinada a investigaciones sobre sanidad vegetal. Entre sus funciones también se incluyó la financiación de investigaciones transnacionales que apoyasen el desarrollo de capacidades y mejorasen las políticas y las prácticas en materia fitosanitaria.
El proyecto celebró varios talleres en los que se exploraron temas fitosanitarios de la región de los Balcanes, el Báltico, Europa oriental y los países nórdicos y que condujeron a una ampliación de la representación regional en la red de EUPHRESCO. Estos talleres también versaron sobre amenazas específicas para la silvicultura y sobre fórmulas para mejorar el comercio relacionado con los materiales de origen vegetal.
EUPHRESCO se amplió a treinta y un socios de veintidós países. Uno de los nuevos miembros notables es la Organización europea y mediterránea para la protección de las plantas (OEPP), una organización importante en Europa dedicada a la salud vegetal.
El proyecto proporcionó más de 6 millones de euros de financiación a veintisiete proyectos sobre investigación fitosanitaria. Sus socios detectaron además escollos que obstaculizan la colaboración científica y mejoraron varias políticas nacionales que los eliminasen.
El método adoptado por EUPHRESCO ha demostrado ser adecuado a la hora de crear una red sostenible y duradera de fuentes de financiación, investigadores y otros organismos. Esta red también fomenta la cooperación entre países con condiciones climáticas, especies de plantas y desafíos similares, potenciando así que el Espacio Europeo de Investigación (EEI) contribuya al régimen fitosanitario comunitario.