El proyecto
CHANCE (Low cost
technologies and traditional ingredients for the production of
affordable, nutritionally correct foods improving health in population
groups at risk of poverty) se ocupó de la necesidad de alimentos de esas
características. Mediante el estudio de la utilización de tecnología de
bajo coste e ingredientes tradicionales, su objetivo final era elaborar
productos alimentarios que puedan utilizarse para optimizar la dieta y,
por ende, la salud de las poblaciones en riesgo de pobreza.
Se recopiló información dietética en los cinco países abarcados por CHANCE para describir los patrones alimentarios de las poblaciones en riesgo de pobreza frente a la población pudiente. Los patrones de consumo alimentario y la ingesta media diaria de nutrientes se compararon con las recomendaciones para determinar las principales carencias nutricionales.
Se descubrieron algunas tendencias comunes, siendo una de ellas que el consumo de cereales, productos cárnicos, huevos y azúcar es más alto entre la mayoría de grupos en riesgo de pobreza que entre la correspondiente población pudiente. Además, el consumo de frutas y verduras es menor entre los grupos en riesgo de pobreza y estas personas tienden a comer menos lácteos. Por otro lado, los grupos en riesgo de pobreza presentan una ingesta considerablemente menor de vitaminas fundamentales.
El equipo constató que, aunque la situación económica no es el principal determinante del inicio de carencias nutricionales, el poder adquisitivo podría ser importante para su corrección con alimentos nutricionalmente mejorados. Estos deben ser lo más baratos posible para incidir en el estado nutricional de los grupos en riesgo de pobreza.
Los datos recabados entre los grupos en riesgo de pobreza de los cinco países participantes revelaron que los alimentos o grupos de alimentos más consumidos son la harina blanca, el jamón, el queso (blando y duro) y el tomate (en forma de pasta, pulpa, kétchup o zumo). De este modo, CHANCE desarrolló ingredientes de bajo coste aptos para la preparación de alimentos destinados a consumidores en riesgo de pobreza. Entre ellos se incluyen jamón cocido con un 5 % de hígado, pasta de tomate, queso para pizza y salvado rico en fibra.
El proyecto también desarrolló prototipos de alimentos asequibles y sabrosos, como pan rico en fibra, sopa de frutas del bosque, mermelada de frutas del bosque y chupito de frutas del bosque. El ensayo de producción de todos los prototipos alimentarios CHANCE en las plantas industriales existentes confirmó que no era necesaria una modernización sustancial de las estructuras disponibles.
Las poblaciones en riesgo de pobreza suelen recurrir a alimentos de bajo coste y con poco valor nutricional. Los resultados del proyecto pueden ayudar a reducir los problemas sociales asociados a la pobreza dando a más europeos el derecho a una dieta más saludable y económicamente viable.