Investigadores de la UE han desarrollado un sistema avanzado de envasado de alimentos que reduce el desperdicio de alimentos y la contaminación, y que limita los futuros costes ambientales de los materiales de envasado.
El desperdicio de alimentos mundial se estima en el 10 % del total de
los alimentos producidos, y una gran parte de esto se debe al deterioro
de los alimentos en las tiendas. Un envase innovador puede ser la
respuesta a la reducción de este tipo de desperdicio y alargar la vida
útil de los alimentos frescos.
El proyecto
ISA-PACK (A flexible sustainable active and intelligent packaging technology platform enabling enhanced shelf life, quality and safety of fresh food produce) pretendía desarrollar envases sostenibles e inteligentes pensados para alimentos frescos perecederos. Sus integrantes se centraron en el envasado de filetes de carne fresca y se propusieron prolongar la vida útil y la calidad, reforzar la seguridad y reducir la cantidad de desechos (de alimentos y de envases).
En primer lugar, el proyecto probó con éxito biopolímeros producidos por bacterias a partir de residuos biológicos, en sustitución de las películas de plástico utilizadas en la actualidad. También se incorporaron compuestos antimicrobianos para conseguir una vida útil más larga, y se amplió el proceso a escala industrial.
Otro aspecto importante de ISA-PACK fue la creación de sensores imprimibles para controlar la frescura y la temperatura con el paso del tiempo. Estos fueron probados y validados en una línea de producción de envases para carne y a través de encuestas a los consumidores. Uno de los sensores fue patentado.
Por último, el proyecto completó una evaluación del ciclo de vida, así como una evaluación económica y social de los productos desarrollados a lo largo de su vida útil. Este innovador sistema de envasado reduce el desperdicio, aumenta la vida útil y favorece la seguridad alimentaria de los consumidores europeos.