Inmunidad añadida al tomate
Al igual que los animales, las plantas han desarrollado sistemas inmunitarios capaces de reconocer ataques de organismos externos y responder a ellos. En el suelo existen microorganismos beneficiosos, como ciertas especies de Trichoderma y rizobacterias, que pueden inducir una forma similar de inmunidad sistémica denominada resistencia sistémica inducida (RSI).
Hay toda una serie de patógenos vegetales que se pueden controlar
mediante RSI, un recurso útil para desarrollar estrategias de protección
de cultivos duraderas y no dañinas para el medio ambiente. No obstante,
la inmensa mayoría de los avances en cuanto a comprender la red de
señalización inmunológica de los vegetales se ha fundamentado en el
organismo modelo Arabidopsis.
En consecuencia, hasta ahora ha sido limitada la información relativa a los sistemas inmunitarios de las plantas cultivadas. Así, el proyecto financiado con fondos europeos INDURESTOM se estableció para aplicar el conocimiento a nivel molecular derivado de Arabidopsis a una especie de tanta importancia económica como es el tomate.
Con el proyecto se pretendía principalmente desentrañar el control genético de los procesos de la planta relacionados con sus defensas, los cuales subyacen a la interacción del tomate con microorganismos beneficiosos que inducen resistencia. Se aplicaron distintos ensayos biológicos y técnicas moleculares para mostrar que la RSI de Trichoderma permite proteger las tomateras frente a distintos patógenos que atacan sus hojas. Ello era similar a la RSI activada por rizobacterias beneficiosas en brotes de Arabidopsis.
También se observó que Trichoderma era eficaz para proteger frente a herbívoros, lo que sugiere que esta especie de microorganismos bien podría servir como recurso de bajos insumos para la protección de cultivos. Además se demostró que Trichoderma puede proteger los brotes de tomate frente al ataque de nemátodos, y mostró grandes posibilidades de que este hongo beneficioso sirva como agente de control biológico.
Se observó que ciertas rutas hormonales del ácido salicílico y el ácido jasmónico cumplen una función clave de señalización en la RSI y también de regulación de la interacción directa entre Trichoderma y la raíz de la planta. INDURESTOM reveló también que, aparte de la colonización de la raíz, ciertos compuestos orgánicos volátiles liberados por Trichoderma pueden inducir una resistencia sistémica en brotes de Arabidopsis y de tomate.
Los resultados de este proyecto han sacado a relucir elementos clave en las rutas de señalización inmunitaria inducidas por Trichoderma en el tomate. Estos conocimientos contribuirán a la protección de los cultivos y a su mejora al ayudar a aprovechar organismos naturales beneficiosos, capaces de fortalecer las defensas de las plantas.
publicado: 2015-08-06