Unos investigadores han desarrollado unos sofisticados modelos informáticos que realizan simulaciones relativas al destino del dióxido de carbono (CO2) que se inyecta y almacena en formaciones geológicas profundas.
El trabajo de un equipo de científicos de Europa aprovecha el transporte electrocinético para eliminar los productos químicos contaminantes del medio ambiente.
Un proyecto financiado con fondos europeos ha proporcionado a científicos, legisladores y ciudadanos una mayor capacidad de descubrimiento de y acceso a datos y servicios interdisciplinarios de Observación de la Tierra que se ajusten a sus necesidades concretas. Ello incluye el procesado de grandes volúmenes de datos, tal y como es necesario en los experimentos científicos.
Un proyecto financiado por la Unión Europea desarrolló un nuevo proceso para reciclar residuos plásticos para envases de alimentos. Este recurso permite a la industria cumplir con la normativa de la Comisión Europea sobre materiales plásticos reciclados y elementos que van a entrar en contacto con alimentos.
El aumento del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es cada vez más preocupante, y ello animó a investigar formas de utilizar luz para convertir este gas de efecto invernadero en combustibles y materiales orgánicos.
La reconexión del campo magnético es un proceso crucial para el calentamiento y la aceleración de partículas durante las llamaradas solares. Las turbulencias no se tuvieron en cuenta hasta que las simulaciones numéricas permitieron analizar fenómenos acoplados mutuamente que se extienden en una amplia gama de escalas.
Un conjunto de experimentos, análisis de datos y modelos matemáticos han proporcionado una evaluación cuantitativa robusta del cambio climático en mares interiores y sus regiones adyacentes, particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático y a las perturbaciones antrópicas.
Las evaluaciones del impacto (EI) pueden favorecer el desarrollo sostenible y una elaboración de políticas fundamentada en información factual. La Unión Europea apoyó una iniciativa cuya finalidad era explotar al máximo el potencial de numerosas herramientas desarrolladas para la EI que permanecen desaprovechadas por las autoridades políticas.
Un consorcio de investigadores europeos ha el ampliado la información sobre la contribución de los aerosoles y otras partículas atmosféricas al cambio climático global.
Gracias a la computación de alto rendimiento (HPC) es posible utilizar modelos basados en la física para obtener información sobre el movimiento del suelo registrado durante terremotos y sobre la respuesta de las infraestructuras construidas. Ahora, un proyecto financiado por la Unión Europea ha proporcionado los algoritmos y el software necesarios para la inversión 3D de los datos geofísicos.
Se han creado técnicas nuevas para determinar los periodos más cálidos y fríos de los últimos milenios que ya están ayudando a actualizar y modernizar el estudio del clima.
Las capacidades de observación y modelización actuales a nivel mundial permiten a la comunidad científica realizar valoraciones sobre el presupuesto de carbono pero, aun así, el margen de incertidumbre sigue siendo elevado. A causa de ello se estableció una iniciativa, dotada con financiación de la Unión Europea, que facilitase más y mejores datos sobre el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4) a través de un sistema mundial de observación y análisis del carbono.
Los ecosistemas costeros mediterráneos están sometidos a las presiones ejercidas por el desarrollo urbano y la pesca insostenible, lo que provoca la degradación de los hábitats naturales y la pérdida de biodiversidad. Un proyecto financiado por la UE ha creado un marco con el que habilitar a los países europeos para transferir conocimientos sobre la gestión de los ecosistemas costeros y marinos a socios del Norte de África.
Una labor desarrollada conjuntamente por China y la UE contribuye a garantizar que la industria nuclear disponga de los métodos y datos más punteros para evaluar el software crítico para la seguridad.
Un consorcio conformado por científicos de Brasil y la Unión Europea trabajó con el fin de garantizar la rentabilidad de los biocombustibles de segunda generación, abriendo el camino hacia un futuro más sostenible.
Una buena parte de la investigación y el desarrollo (I+D) financiado por la Unión Europea se ha dedicado a ayudar a que organizaciones de estandarización y regulación normalicen la calidad del hidrógeno destinado a las pilas de combustible.
La captura, el transporte y el almacenamiento de carbono (CTAC) representa una tecnología facilitadora clave para reducir los niveles de emisiones derivados de los combustibles fósiles empleados en la generación de energía y de los procesos industriales. Una iniciativa de la Unión Europea se propuso hacer de la CTAC una tecnología viable y rentable.
Un equipo de trabajo global innovador ha desarrollado un sistema muy eficiente de «autolimpieza» para convertir la luz solar en energía.
Un modelo capaz de predecir los efectos de las interacciones entre las nubes y los aerosoles sobre el Amazonas podría ayudar a los climatólogos a comprender cómo afectan los aerosoles al cambio climático.
Un estudio sobre los vínculos entre los cambios en ecosistemas vegetales y microbianos y los factores ambientales ha puesto de manifiesto cómo estos ecosistemas podrían ser alterados como consecuencia del cambio climático.
Un equipo de científicos estudia cómo los compuestos químicos tóxicos se degradan naturalmente en aguas contaminadas con vistas a desarrollar métodos rentables para depurar lugares contaminados.
Se ha programado una prueba de cualificación de combustible (FQT) para el desarrollo de la próxima generación de reactores nucleares. Un consorcio financiado con fondos de la UE ha presentado una instalación experimental de pruebas que incluye un elemento de combustible de pequeño tamaño con numerosas varillas.
Ante el cambio climático y el uso cada vez más intensivo de la tierra, unos investigadores financiados con fondos comunitarios recopilaron datos nuevos sobre las aguas subterráneas y los ecosistemas que dependen de ellas. Su trabajo sirve de apoyo a herramientas y métodos para la gestión de dichos sistemas de una forma integrada, al tiempo que tienen en cuenta factores medioambientales, económicos y sociales.
Imagine estaciones de servicio que aprovechasen la energía solar para producir combustible, de un modo similar a la fotosíntesis que hacen las plantas para producir su propio alimento. Pues bien, un equipo de científicos financiado con fondos europeos ha avanzado notablemente en el desarrollo de tecnología solar capaz de transformar el dióxido de carbono (CO2) en combustible solar, innovación que reduciría la dependencia con respecto a los combustibles fósiles.
Un equipo apoyado por la Unión Europea está desarrollando un sistema de vigilancia de la calidad del aire para su uso público. Primero articuló estudios de caso referentes a varias ciudades europeas y después diseñó, construyó y ensayó módulos de sensores y de comunicación, incluyendo el software necesario.