Según
cálculos de las Naciones Unidas, dos tercios de la población mundial podrían vivir para 2025 en condiciones de estrés hídrico. Esta presión sobre la cantidad y la calidad de los recursos hídricos disponibles en una región podría perjudicar varias facetas de la vida moderna como la fabricación de bienes que precisan mucha agua para su producción, por ejemplo automóviles o ropa. También podría aumentar la morbilidad, las hambrunas y el déficit energético.
Una forma de aliviar este estrés es la reutilización de aguas residuales. En este sentido, el proyecto financiado con fondos europeos REMEB se propuso generar un sistema de tratamiento de aguas residuales sostenible y de bajo coste. Sus responsables diseñaron y validaron un biorreactor de membrana innovador que se sirve de membranas cerámicas creadas a partir de materiales reciclados.
Membranas cerámicas recicladas: la propuesta ecológica
Las membranas cerámicas convencionales son normalmente muy caras debido al precio elevado de los materiales que se emplean para su fabricación como los óxidos de aluminio, circonio y titanio. Otra alternativa más popular hoy en día dado su bajo coste es la membrana polimérica. No obstante, a pesar de ser más baratas, las membranas poliméricas no funcionan tan bien en atmósferas extremas y su duración es menor.
REMEB propone el empleo de membranas cerámicas recicladas, que cuentan con propiedades de filtración comparables a las membranas cerámicas de alta gama ya comercializadas pero no emplean minerales caros. Estas membranas se fabrican a partir de residuos de las industrias de la cerámica, el mármol y el aceite de oliva. La incorporación de residuos como chamota (residuos cerámicos cocidos), polvo de mármol y huesos de aceituna abarata la fabricación de membranas cerámicas recicladas en comparación con las membranas cerámicas convencionales. Las propuestas del equipo también evitan que ciertos residuos acaben en el vertedero, lo que fomenta la economía circular.
Las membranas planas inorgánicas miden 200 por 500 mm y cada biorreactor de membrana tiene cuatro módulos. Cada módulo cubre un área de 10 m2 y cuenta con 50 membranas. El sistema también es apilable, lo cual permite ampliar su tamaño y capacidad.
El biorreactor de membrana combina tecnología de membrana con un tratamiento de aguas residuales biológico. Las membranas del sistema ejercen de barrera entre la biomasa y el agua depurada. El fluido, al atravesar los poros diminutos de las membranas, deja en ellas partículas en suspensión y otras sustancias de tal modo que solo la atraviesa el agua limpia.
Fabricación de membranas y comprobación de sistemas
Las membranas cerámicas de REMEB se crearon en una empresa cerámica de España, lo que creó una nueva línea de negocio en el sector. Para demostrar en mayor medida su potencial, la tecnología se replicó a escala piloto en Italia y Turquía con residuos disponibles en las inmediaciones de cada ubicación tales como café, avellanas, dolomita y conchas.
El biorreactor de membrana se probó en una depuradora municipal de Aledo en Murcia, una población sometida a estrés hídrico en el sureste de España. Si bien el agua depurada allí se emplea con fines agrícolas «la tecnología es completamente extrapolable al sector industrial» según una
noticia publicada en el sitio web del proyecto. Otras aplicaciones de la tecnología incluyen el riego de jardines y el baldeo de calles.
A pesar de que REMEB (ECO-FRIENDLY CERAMIC MEMBRANE BIOREACTOR (MBR) BASED ON RECYCLED AGRICULTURAL AND INDUSTRIAL WASTES FOR WASTE WATER REUSE) ya ha concluido, los técnicos del proyecto se proponen continuar con su investigación para optimizar al máximo el sistema y facilitar su comercialización.
Para más información, consulte:
Sitio web del proyecto REMEB