Cada año, millones y millones de toneladas de basura van a parar a los océanos del planeta. Un elemento esencial para resolver ese grave problema es promover la transformación gradual de la actual cultura del «usar y tirar».
En este estudio reciente se analizaron y evaluaron varias actividades educativas diseñadas para capacitar a los docentes y los escolares de toda Europa para que reflexionen más a fondo sobre esta compleja cuestión medioambiental.
El estudio se enmarcó en el proyecto
MARLISCO y fue fruto de una colaboración entre la Oficina de Información Mediterránea sobre el Medio Ambiente, la Cultura y el Desarrollo Sostenible (MIO-ECSDE), sita en Grecia, y la Unión Costera y Marina, con sede en los Países Bajos. El equipo responsable de la investigación no se limitó al conocimiento del problema; también prestó atención al comportamiento y a factores determinantes del mismo que ya se conocen.
El profesor Richard Thompson, coautor del estudio, publicado en
«Marine Policy», declaró lo siguiente: «Primero está reconocer el problema, y luego, ampliar el conocimiento y cambiar comportamientos, que es mucho más difícil».
Como parte de la investigación, ciento veinte docentes participaron en un curso de formación en línea sobre la basura marina. Los investigadores analizaron los cambios ocurridos entre antes y después del curso por medio de las respuestas de ese grupo a cuestionarios. Se observó que, después de la formación, los docentes se sentían más capacitados y confiados para incorporar en sus clases materiales didácticos sobre la basura marina.
En el marco del mismo estudio, 341 alumnos de entre 7 y 18 años procedentes de 12 países europeos participaron en un certamen de vídeos educativos sobre la basura marina. Ese grupo también contestó a cuestionarios antes y después de la actividad. La evaluación de los resultados determinó que esa actividad aumentó la preocupación de los alumnos por la basura marina y profundizó su comprensión del problema, sus causas y sus efectos. Además, después de la actividad, los alumnos informaron de que habían modificado su comportamiento para reducir la emisión de residuos.
Los hallazgos de esta investigación proporcionan pruebas sólidas de los beneficios que se pueden obtener si se ponen en funcionamiento, de manera sistemática, herramientas didácticas innovadoras dirigidas a los docentes y alumnos. Esta evaluación cuantitativa sin precedentes sobre las actitudes frente a la basura marina antes y después de un proyecto educativo pone de relieve las posibilidades de ampliar la comprensión del público respecto de este problema tan acuciante y muestra que una parte de la solución puede ser involucrar a los ciudadanos y animarles a actuar al respecto.
Según indicó la Dra. Sabine Pahl, profesora asociada de la Universidad de Plymouth y también coautora del estudio: «Queda claro que el sector educativo constituye un importante agente de cambio en la sociedad».
El proyecto MARLISCO (Marine Litter in European Seas: Social Awareness and Co-Responsibility) puso en práctica métodos audiovisuales innovadores para concienciar a la sociedad sobre la amenaza que la basura marina supone para los hábitats marinos. Sus artífices conceden una gran importancia al aspecto del comportamiento y, en consecuencia, obtuvieron pruebas claras de las posibilidades que ofrece la formación didáctica con vistas a animar a todos los interesados a involucrarse y dar con soluciones. Por su parte, el profesor Thompson manifestó: «Es básico concienciar desde ahora a los jóvenes para que ellos y las generaciones futuras puedan vivir en un mundo sobre el que no pese la amenaza de la contaminación por plásticos».
Para más información, consulte:
Sitio web del proyecto MARLISCO