Pasar al consumo de proteínas de origen vegetal podría ayudar a afrontar el cambio climático y el hambre

La agricultura: víctima y causa del cambio climático. Una nueva investigación muestra que, desde el punto de vista nutricional y medioambiental, sería conveniente dejar las proteínas animales por las legumbres.

A menudo se considera que la agricultura está a la merced del cambio climático, con una incidencia cada vez mayor de las sequías y las inundaciones que da lugar a unos menores rendimientos, en particular en los países en desarrollo. Sin embargo, el sector agrícola también contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que a su vez agrava el cambio climático. De hecho, la agricultura ha sido identificada recientemente como el segundo mayor emisor a escala mundial, que genera aproximadamente el 10-13 % de las emisiones. Una cantidad considerable de estas emisiones proviene de la ganadería con la producción del gas metano.

TRUE, un proyecto financiado por la Unión Europea (UE), ha encontrado evidencias de que cambiar la fuente de proteínas de la dieta por vegetales en lugar de la carne es más sostenible. En un estudio llevado a cabo por uno de los socios del proyecto TRUE, el Trinity College Dublin, los investigadores puntuaron a las legumbres por su coste medioambiental de producción (incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación de las aguas subterráneas y el uso de la tierra), así como según su contenido de nutrientes.

Beneficio cinco a uno

Los resultados mostraron claramente que las fuentes de proteínas vegetales (legumbres) tenían un menor coste de producción medioambiental, al mismo tiempo que presentan la mayor densidad de nutrientes. Contextualizando este descubrimiento con un ejemplo para «Trinity News», el profesor adjunto de Botánica en el Trinity, Mike Williams, declaró lo siguiente: «Los guisantes tienen una proporción de densidad de nutrientes con respecto a la huella medioambiental aproximadamente cinco veces superior a la de cantidades equivalentes de cordero, cerdo, ternera o pollo».

Los investigadores utilizaron criterios medioambientales y nutricionales para probar varios escenarios dietéticos, lo cual les ha permitido cuantificar beneficios medioambientales específicos, comparándolos con casos en los que se reduce el consumo de proteína animal.

Esta cuantificación confiere a la investigación una utilidad muy práctica para el desarrollo de políticas y, a la larga, la educación del consumidor. El profesor Williams añade: «Esperamos que estas estimaciones cuantitativas de los alimentos y la agricultura sostenibles permitan que los consumidores tomen decisiones más informadas a la hora de tener en cuenta el principal componente proteico de su dieta».

Transición a un consumo de legumbres sostenible

El equipo está trabajando finalmente para equilibrar las necesidades sociales, medioambientales y económicas a lo largo de la cadena de suministro. Esto incluye garantizar unos estándares nutricionales elevados, junto con la salud y el bienestar general de las personas y los animales, a la vez que se minimizan las repercusiones medioambientales y se optimiza la diversidad comercial y la eficiencia.

En su búsqueda para posibilitar el éxito de los futuros sistemas de producción de legumbres, incluso para las cadenas de piensos agrícolas y alimentaria, el proyecto TRUE (Transition paths to sustainable legume based systems in Europe) reúne a veintidós socios, que representan intereses empresariales y de la sociedad. El proyecto recibe el apoyo adicional de un conjunto de quince redes de granjas e incluye el desarrollo de siete estudios de caso relacionados con la innovación que examinan especialmente las cadenas de suministro. Los investigadores utilizan técnicas de análisis de ciclo de vida que aplican análisis matemáticos avanzados para ajustar los procesos, así como el uso de la modelización para diseñar herramientas de apoyo a la toma de decisiones con el fin de acelerar la transición.

Para aumentar la probabilidad de éxito de estas nuevas prácticas agrícolas, de tratamiento, fabricación y comercialización, el proyecto también formulará recomendaciones políticas. Según Alicia Kolmans de Research Centre for Global Food Security and Ecosystems, en Alemania: «Estos primeros resultados del proyecto TRUE son una orientación importante para los consumidores europeos y los responsables de adoptar decisiones, teniendo en cuenta los riesgos para la sociedad que surgen del incremento mundial del consumo de proteínas animales, como los problemas ambientales cada vez mayores y el aumento de la inseguridad alimentaria debida a la competencia entre los alimentos y los piensos en ámbitos mundiales».

Para más información, consulte:
sitio web del proyecto

publicado: 2018-02-18
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