Dirigidos por la British Antarctic Survey (BAS), un equipo de científicos se embarca en una expedición sin precedentes hacia uno de los lugares más remotos y prístinos del planeta: la Antártida. Su misión es investigar un ecosistema marino misterioso que ha estado oculto bajo un iceberg que se desprendió de la barrera de hielo Larsen en julio de 2017.
De más del doble del tamaño de Luxemburgo o cuatro veces el de Londres, el iceberg de un billón de toneladas (conocido como A-68) va ahora a la deriva y pone al descubierto el fondo marino que los científicos creen que no ha estado sin hielo durante 120 000 años. La bióloga marina, la Dra. Katrin Linse, que dirige la misión de tres semanas, está impaciente por echar una ojeada excepcional a las criaturas desconocidas que habitan bajo el hielo. «Es importante que lleguemos allí lo antes posible, antes de que el entorno submarino cambie cuando penetre la luz del sol en el agua y nuevas especies empiecen a colonizar», declaró la Dra. Linse en un
comunicado de prensa. «Hemos reunido un equipo con una gran variedad de conocimientos científicos para recopilar tanta información como sea posible en poco tiempo. Es muy emocionante».
Los científicos viajarán en barco para recoger muestras del fondo marino recién expuesto, que abarca una superficie de unos 5 818 km². «Vamos a una zona donde no sabemos qué vamos a encontrar», declaró la Dra. Linse en
Radio 4 de la BBC. «Espero encontrar animales similares a los que se hallan en la zona abisal: animales que no están acostumbrados a alimentarse de vegetales porque no existe fitoplancton en el agua debido a la falta de luz natural. Había cientos de metros de hielo encima de la zona y ahora se ha desprendido».
La Dra. Linse explicó que la zona todavía tenía muchos misterios por explorar: «En la mayoría de las expediciones para las que salimos, encontramos nuevas especies». Utilizando cámaras de vídeo, un trineo especial y otros equipos, los científicos prevén recoger muestras de animales del fondo marino, microbios, plancton, sedimentos y agua. Además, documentarán cualquier mamífero marino y pájaro que pueda haberse trasladado a la zona. Según un comunicado de prensa de la BAS, sus descubrimientos arrojarán luz sobre cómo era la vida bajo la barrera de hielo, de forma que se puedan determinar los cambios en el ecosistema.
«El desprendimiento del A-68 ofrece una nueva oportunidad sin precedentes para establecer un programa de investigación científica interdisciplinaria en esta región sensible al cambio climático», explicó la Dra. Linse. «Ahora es el momento de abordar cuestiones fundamentales sobre la sostenibilidad de las plataformas continentales polares ante el cambio climático». Está previsto que el equipo internacional salga de Stanley, en las islas Malvinas, el 21 de febrero de 2018 y pase tres semanas de febrero a marzo de 2018 a bordo del buque de investigación de la BAS RRS James Clark Ross.
El equipo consta de científicos de nueve institutos de investigación: Universidad de Aberdeen, Universidad de Newcastle, Museo de Historia Natural, Universidad de Southampton, Alfred Wegener Institute de Alemania, Senckenberg Research Institute and Museum de Alemania, Universidad de Gotemburgo de Suecia, Universidad de Gante de Bélgica y los Museos Victoria de Australia.
«Necesitamos ser audaces esta vez», concluyó la Dra. Linse. «Larsen C está muy al sur y hay mucho hielo marino en la zona, pero es una investigación científica importante, de modo que haremos todo lo posible para llevar al equipo donde debe estar».