Investigadores del proyecto financiado con fondos europeos ALP-AIR acaban de publicar los resultados extraídos de un trabajo de vigilancia continua de concentraciones de oligogases en la atmósfera. El equipo se valió de la técnica de medición atmosférica de técnica de covarianza de vórtices turbulentos (eddy-covariance) mediante la que se analizan estadística mente los datos para extrapolar emisiones en un radio de un kilómetro alrededor del punto de medición.
El estudio, publicado en
«Scientific Reports» se basó en mediciones realizadas durante tres meses en 2015 en Innsbruck (Austria). Los resultados apuntan a que las concentraciones de óxido de nitrógeno proceden sobre todo de las actividades humanas, en concreto del tráfico rodado y de la combustión en edificios. Más el 80 % tenía origen en los automóviles, sobre todo los alimentados con gasoil.
Compensar el equilibrio de las emisiones de óxido de nitrógeno subestimadas
Desde su observatorio urbano, el equipo de ALP-AIR registró emisiones de dióxido de carbono (CO2), óxido de nitrógeno (NO) y compuestos orgánicos volátiles (COV) con una resolución de 36 000 puntos de datos por hora. «Estos resultados son relativamente representativos de la ciudad al completo», afirmó el Dr. Thomas Karl del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Criosféricas de la Universidad de Innsbruck. En relación a la importancia de los resultados a la hora de señalar las limitaciones de los métodos alternativos añadió lo siguiente: «Incluso los modelos atmosféricos más modernos se basan en inventarios de emisiones que subestiman las emisiones óxido de nitrógeno en entre uno y cuatro factores».
Las concentraciones de óxido de nitrógeno superaron con regularidad los máximos permitidos en zonas urbanas en toda Europa. Para abordar este problema es necesario identificar y medir con precisión las fuentes. No obstante, la mayoría de las políticas destinadas a gestionar la contaminación se basan en modelos atmosféricos alimentados con datos experimentales de instalaciones de pruebas. Tal y como se demostró en los últimos escándalos relacionados con las emisiones de los vehículos de gasoil, las mediciones obtenidas en las pruebas de los motores guardan poca relación con su verdadero impacto medioambiental.
De ahí que las mediciones in situ del corpus de ALP-AIR doten a la investigación de un valor tan extraordinario. Además, los resultados del estudio son doblemente oportunos al descubrir que se superaron los límites europeos de seguridad para el óxido de nitrógeno en ubicaciones más pequeñas además de en zonas metropolitanas e industrializadas. Los investigadores de ALP-AIR hacen consideran que emplazamiento de estudio en Innsbruck es representativo de Centroeuropa y la región alpina al ser un paso de vehículos de gran importancia entre las rutas que van del norte al sur de Europa y viceversa y por el que cruzan cerca de seis millones de vehículos al año.
Hacia una gestión mejor de la salud y la contaminación
La rápida industrialización durante el siglo XX en paralelo a las prácticas agrícolas destinadas a aumentar la producción mediante fertilizantes sintéticos aumentaron considerablemente las concentraciones de óxido de nitrógeno atmosférico. Cuando su concentración es elevada, este gas es tóxico y se considera un contaminante peligroso que provoca problemas sanitarios como dificultades en la respiración. Además contribuye en gran medida a la contaminación por ozono a nivel del suelo y a sus efectos climáticos en cadena.
El empleo de automóviles alimentados con gasoil reduce la emisión de dióxido de carbono gracias a su menor consumo, pero como consecuencia aumenta las emisiones de óxido de nitrógeno en toda Europa. Tal y como se indica en el estudio, el crecimiento en la adopción de vehículos de gasoil podría aumentar en un 70 % (sobre todo debido a las tendencias en Asia), existe la necesidad de conocer mejor los cambios en el óxido de nitrógeno y la química del ozono para evaluar con precisión su impacto medioambiental.
Uno de los principales objetivos del proyecto fue el desarrollo de herramientas nuevas de medición medioambiental, así como la contribución a los modelos del sistema terrestre. De cara al futuro, además de ampliar los periodos de vigilancia de emisiones, los investigadores al cargo del estudio se proponen conocer el impacto en las emisiones de las autovías, la estacionalidad y las actividades agrícolas.
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