El aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera podría provocar cambios abruptos en el sistema climático de una magnitud tal como para plantear un grave problema de adaptación para humanos, animales y plantas. Los testigos de hielo ayudan a comprender mejor este riesgo. En concreto, muestran que las temperaturas en la capa de hielo de Groenlandia pudieron variar en hasta dieciséis grados centígrados en unos pocos decenios durante la última glaciación (entre hace cinco mil y veinte mil años).
El Dr. Joel Pedro de la Universidad de Copenhague estudió mediante el proyecto INTERCLIMA (Inter-hemispheric Coupling of Abrupt Climate Change) los mecanismos determinantes y el acoplamiento interhemisférico involucrado en el cambio climático abrupto. En su opinión, la información recabada ayudará a comprender la magnitud y la naturaleza del cambio climático antropogénico actual y mejorar las predicciones climáticas.
¿Cómo es posible extraer información sobre los riesgos venideros a partir de los acontecimientos climáticos pasados?
Los saltos en la temperatura durante la última glaciación, denominados incidencias Dansgaard-Oeschger, podrían relacionarse con inestabilidades naturales o puntos de inflexión en la circulación oceánica y atmosférica. Una diferencia fundamental entre el cambio climático antropogénico y estas incidencias naturales es que, en el primero, las temperaturas terrestres y oceánicas contemporáneas aumentan en prácticamente todos los puntos del planeta, mientras que en las incidencias Dansgaard-Oeschger la temperatura aumentó rápidamente en Groenlandia y en el Atlántico Norte al tiempo que se redujo en buena parte del hemisferio Sur. Supuso, en la práctica, una redistribución del calor del sistema climático. Descubrir si el cambio climático antropogénico podría llevar al sistema climático más allá de un punto de inflexión similar es una motivación importante para estudiar las incidencias Dansgaard-Oeschger.
El estudio de los testigos de hielo y de otros registros climáticos de todo el planeta brinda información sobre las causas principales de este tipo de cambios abruptos, los procesos involucrados y su impacto en el planeta.
La documentación precisa de cambios climáticos abruptos acontecidos en el pasado también permite calibrar los modelos climáticos. Estos modelos utilizados para predecir el clima futuro son más fiables si son capaces de reproducir la amplia gama de situaciones climáticas pasadas.
¿Por qué centran su investigación en testigos de Law Dome y Groenlandia?
Elegimos para la investigación testigos que presentan los registros más detallados en cuanto al tiempo (la resolución temporal mayor). El cambio climático abrupto se desencadena por definición a gran velocidad y, por tanto, para conocer dónde, cómo y por qué se produjeron incidencias de este tipo es necesario contar con registros con resoluciones muy elevadas. En los mantos de hielo polar, la resolución temporal de un testigo de hielo está definida por la precipitación en forma de nieve que cae cada año y por la cantidad de capas de este tipo que se comprimen y liman debido al deslizamiento del hielo. Los sondeos del North Greenland Ice Core Project (llevados a cabo por investigadores daneses) y los de Antarctic Law Dome y West Antarctic Ice Sheet Divide (ejecutados por investigadores australianos y estadounidenses, respectivamente) son los registros climáticos que presentan la resolución más elevada sobre las últimas decenas de millares de años.
No obstante, mi investigación no se limitó a los testigos de hielo. También consulté a estudiosos de los registros de sedimentos extraídos de lagos, mares y cuevas. Los datos de estas fuentes aportaron información sobre la variabilidad climática en latitudes menores durante las incidencias Dansgaard-Oeschger.
¿Cómo logró la información necesaria?
El proyecto aprovechó en gran medida redes y datos de muchos grupos en Europa, Australia, Nueva Zelanda, Sudamérica, África y Estados Unidos. Utilicé datos de testigos de mi grupo de investigación australiano anterior y colaboré con colegas de Estados Unidos para obtener datos del registro de testigos de la Antártida Occidental. Mi institución de acogida, la Universidad de Copenhague, me dio acceso a los testigos de hielo de Groenlandia y la formación relevante.
Cuando el proyecto cobró impulso mediante presentaciones en congresos internacionales y desplazamientos científicos, logré información de investigadores que trabajaban con registros de lagos, mares y cuevas. En lo relativo al componente de modelización del proyecto colaboré con investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Kiel.
¿Qué resultados ha arrojado el proyecto?
Es necesario contar con información sobre lo que es capaz de provocar el sistema climático para tomar decisiones bien fundamentadas sobre la mejor forma de adaptarse al cambio climático y de mitigar sus peores consecuencias.
El proyecto INTERCLIMA ha mejorado la comprensión sobre cómo se transmiten las señales de cambios climáticos abruptos a diferentes partes del sistema climático del planeta. Sacó a la luz que los cambios en el transporte de calor atmosférico meridional contribuyen a la variabilidad climática abrupta en los trópicos del hemisferio sur y que los cambios más lentos en el transporte oceánico del calor y la retroalimentación del hielo marino son más importantes a la hora de transmitir un cambio climático abrupto hacia las latitudes elevadas del hemisferio sur.
¿Cómo aprovechará los resultados del proyecto en futuras investigaciones?
Ahora estudio la influencia de la variabilidad del cambio climático abrupto sobre el océano Antártico. Este océano contiene hoy en día cerca del 75 % del calor antropogénico que se encuentra almacenado en los océanos y cerca del 40 % del carbono antropogénico almacenado.
Aún no se sabe a ciencia cierta si este océano continuará absorbiendo tanto calor y carbono en el futuro. Creo que una de las formas en las que podemos cubrir esta laguna es mediante ejemplos pasados de la influencia de cambios climáticos abruptos en la absorción y el almacenamiento de calor y dióxido de carbono. Para lograrlo me sirvo de observaciones paleoclimáticas, principalmente testigos de hielo y marinos, y resultados de modelos, así como de experimentos y teorías sobre la oceanografía física del océano Antártico. Confío en que este trabajo mejore el conocimiento que se posee sobre el hielo marino, las interacciones entre los mantos de hielo y los océanos y el almacenamiento de dióxido de carbono en el océano Antártico.
También trabajo en un proyecto de «modelización adjunta» en el que nos proponemos introducir datos paleoclimáticos directamente en simulaciones de modelos.
INTERCLIMA
Financiado con arreglo a FP7-PEOPLE
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