Tendencias científicas: El glaciar de la Antártida occidental comenzó su lento retroceso en la década de 1940

Una investigación nueva ha mostrado que el glaciar del Antártico occidental, una de las fuentes posibles de agua de mayor tamaño, preocupante por su contribución al aumento del nivel del mar, comenzó a adelgazar en la década de 1940.

Un equipo multinacional compuesto por científicos de Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca, Alemania y Suiza analizó testigos de sedimentos extraídos del fondo de la plataforma de hielo flotante conocida como el glaciar de la isla de Pinos y concluyó que la fecha en la que la línea de apoyo en tierra retrocedió de una dorsal oceánica importante no fue posterior a 1945. También descubrió que la última separación entre la plataforma de hielo y la dorsal se produjo en 1970.

Estos resultados son inéditos y preocupantes, pues el glaciar, además de retroceder, está adelgazando a gran velocidad y pierde más de dos metros de elevación cada año. En otros estudios de campo se apunta a la posibilidad de que colapse rápidamente en los próximos años. Los cálculos realizados sugieren que el glaciar de la isla de Pinos podría motivar un aumento del nivel del mar de hasta diez milímetros durante los próximos dos decenios.

Este glaciar gigantesco es una cuenca de drenaje de una región de la capa de hielo de la Antártida occidental de un tamaño cercano a dos tercios de la superficie del Reino Unido y que vierte al océano cerca de 130 000 millones de toneladas de hielo anuales. También es un glaciar cuyo frente se introduce en el mar arrastrándose por el fondo marino hasta que su masa empieza a flotar y desprenderse, primero del suelo y posteriormente del propio glaciar para formar icebergs.

«Nuestros resultados sugieren que el retroceso de la capa de hielo no se detuvo ni siquiera cuando se debilitaron los forzamientos climáticos (como El Niño, que calienta el agua)», comentó James Smith, del British Antarctic Survey y autor principal de un artículo publicado en el último número de la revista «Nature». Una de las posibles razones del retroceso del glaciar a mediados de la década de 1940 es la extraordinaria intensidad de El Niño entre 1939 y 1942.

El equipo también basó la fecha en la que el glaciar comenzó a retroceder en las trazas de plomo y plutonio aparecidas en sus capas de sedimentos. Estas trazas son un indicador de la época en la que se multiplicaron las pruebas nucleares tras la Segunda Guerra Mundial hasta alcanzar un máximo en la década de los años sesenta. Las trazas de plutonio depositado como lluvia radioactiva en los sedimentos se analizaron mediante espectrometría de masas de gran precisión en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California (Estados Unidos).

Si bien la incidencia de El Niño oscila y se ha debilitado con el paso de los decenios, el retroceso del glaciar ha sido imparable. «A pesar de haber vuelto en las décadas siguientes a unas condiciones climáticas previas a la década de 1940, es poco probable que se invierta el adelgazamiento y el retroceso del glaciar si no se genera un cambio importante en las condiciones marinas o glaciológicas», adujo Smith.

La Dra. Anna Hogg de la Universidad de Leeds (Reino Unido), encargada de controlar el glaciar de la isla de Pinos a diario mediante los satélites europeos Cryosat y Sentinel, declaró lo siguiente a la BBC: «Sabemos gracias a las observaciones satelitales que el glaciar de la isla de Pinos sufre aceleraciones y retrocesos periódicos desde finales de la década de 1970, así que es interesante comprobar que los sedimentos bajo el glaciar presentan una variabilidad similar que se remonta a la década de 1940. Este comportamiento inconstante sugiere que no deberíamos esperar una respuesta constante de estos glaciares gigantescos en el futuro, y por tanto resulta fundamental realizar una vigilancia satelital continua.

fecha de la última modificación: 2016-12-02 17:15:01
Comentarios


Privacy Policy