Almacenamiento subterráneo de dióxido de carbono a grandes profundidades

Unos investigadores han desarrollado unos sofisticados modelos informáticos que realizan simulaciones relativas al destino del dióxido de carbono (CO2) que se inyecta y almacena en formaciones geológicas profundas.

El CO2 que se libera a causa del consumo de combustibles fósiles está considerado como uno de los principales responsables de cambio climático. Las tecnologías que permiten secuestrar CO2 de fuentes tales como centrales energéticas y refinerías de petróleo podrían reducir sustancialmente las emisiones de CO2 a la atmósfera.

La captura y el almacenamiento de carbono (CAC) —solución consistente en capturar CO2 de sus fuentes y almacenarlo bajo tierra— representa una fórmula prometedora para disminuir la concentración de CO2 en la atmósfera. No obstante, el conocimiento sobre las repercusiones a largo plazo del almacenamiento de CO2 con el transcurso de los períodos geológicos sigue siendo muy limitado.

El proyecto PANACEA (Predicting and monitoring the long-term behavior of CO2 injected in deep geological formations), dotado con financiación de la Unión Europea, se sirvió de modelos informáticos y de estudios de caso centrados en factores naturales para determinar si el CO2 que se inyecta en formaciones geológicas puede almacenarse de manera eficaz y segura.

A fin de entender y elaborar predicciones sobre el destino a largo plazo del CO2 almacenado, los investigadores realizaron simulaciones sobre su comportamiento en diferentes formaciones geológicas, entre ellas acuíferos salinos profundos y varios depósitos geológicos naturales.

El equipo empleó datos de campo y muestras de rocas para estudiar la forma en que el CO2 afecta a las rocas y a los minerales con que entre en contacto durante su almacenamiento. Cabe destacar que los investigadores identificaron los principales factores responsables de que el CO2 se escape de los depósitos y proporcionaron medidas para prevenir las correspondientes fugas a la atmósfera.

Gracias a otras simulaciones se evaluó el impacto mecánico derivado del aumento de presión, entre otros aspectos. También se simuló el grado de estabilidad del CO2 almacenado, cubriendo un lapso de tres mil años, y se estimó la cantidad de CO2 que se filtraría a la superficie durante el mismo.

Disponer de unos modelos precisos y fiables que reflejen los aspectos que resultan eficaces y seguros del almacenamiento de CO2, así como aquellos a evitar, debería incrementar la confianza en este tipo de tecnologías. Asimismo, las técnicas de seguimiento desarrolladas durante el transcurso del proyecto serán de suma utilidad para los legisladores y los responsables de construir instalaciones de CAC en el futuro.

publicado: 2016-04-08
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