Un consorcio conformado por científicos de Brasil y la Unión Europea trabajó con el fin de garantizar la rentabilidad de los biocombustibles de segunda generación, abriendo el camino hacia un futuro más sostenible.
Los biocombustibles como el bioetanol son una alternativa sostenible al
uso de combustibles fósiles para la producción de energía. Los
biocombustibles de primera generación utilizaban caña de azúcar y maíz
y, por tanto, podrían comprometer el suministro de alimentos. La
producción de bioetanol de segunda generación utiliza los residuos no
comestibles de estos cultivos, así como cultivos como Miscanthus,
reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero sin socavar
dicho suministro de alimentos.
No obstante, la tecnología de biocombustibles de segunda generación aún no es rentable, principalmente por la dificultad asociada a la degradación de los residuos lignocelulósicos. El proyecto financiado por la Unión Europea
SUNLIBB (Sustainable liquid biofuels from biomass biorefining) se propuso reunir a científicos e innovadores que trabajan para superar las dificultades técnicas asociadas a este tipo de producción de bioetanol. El trabajo del consorcio consistió principalmente en la mejora de la materia prima, generando subproductos de valor añadido e innovaciones en la fermentación.
En primer lugar, los científicos investigaron la genética de la caña de azúcar, el maíz y el miscanthus para conocer mejor cómo se producen las paredes celulares y cómo puede simplificarse su digestión. SUNLIBB demostró además que los subproductos de la digestión de la lignina son diferentes ceras que pueden ser de gran utilidad.
El consorcio también investigó diferentes pretratamientos de los residuos de la lignocelulosa que simplifican el proceso de digestión. SUNLIBB llevó a cabo diferentes estudios de fermentación piloto y los análisis técnicos y económicos de cada uno de los métodos.
Una vez se saque pleno rendimiento a estos alimentos de base, se logrará una mayor productividad del bioetanol con un menor perjuicio para el medio ambiente. Esto a la larga disipará las preocupaciones asociadas a la seguridad del suministro alimentario y la sostenibilidad de los recursos del planeta.