Tomando el pulso a la Tierra

Para los geólogos de un proyecto financiado por la Unión Europea es evidente que la mayor parte de la corteza terrestre se ha originado a partir del manto subyacente. Sin embargo, ha quedado de manifiesto la gran dificultad que implica determinar el momento preciso de la formación de nueva corteza terrestre y del reciclaje de la corteza hacia el manto.

En este contexto, las aleaciones de osmio proporcionaron a los investigadores del proyecto OS.EARTH (Osmium alloys & the pulse of the Earth) un medio para estudiar de forma detallada la interacción entre el manto y la corteza terrestre. El osmio se concentra principalmente en el manto y parece que sus depósitos se han agotado casi por completo en la corteza. De hecho, los niveles de este compuesto en la corteza son tan bajos que son muy difíciles de medir.

El osmio, al igual que el iridio, se encuentra en altas concentraciones en depósitos ígneos y depósitos meteorizados a partir de estructuras previas. Durante los dos primeros años del proyecto OS.EARTH, el equipo recolectó más de trescientos granos minúsculos de aleaciones de osmio en el río Rin y en otros depósitos aluviales costeros.

El osmio de la corteza presenta altas proporciones de isótopos estables y radiogénicos, mientras que en el osmio del manto estos valores son bajos. Su tasa de desintegración es única por su capacidad para detectar el momento de formación de una gran cantidad de corteza terrestre de cierta antigüedad. En concreto, los investigadores de OS.EARTH confirmaron que uno de los principales picos correspondía a hace mil doscientos millones de años.

Este pico en la corteza continental pone de manifiesto que la corteza de la Tierra se ha expandido a lo largo del tiempo en pulsos, coincidiendo con eventos de fusión del manto a gran escala. Aún quedan muchas más muestras por analizar y estas podrían proporcionar información de gran valor sobre la historia primigenia de la Tierra.

Además, se espera que las aleaciones de osmio recolectadas en depósitos aluviales, donde este compuesto está mezclado con oro, proporcionen pistas de gran valor sobre la formación de la corteza continental terrestre. En este sentido, los investigadores de OS.EARTH han estado comprobando la hipótesis de que las aleaciones de osmio presentes en objetos prehistóricos de oro pueden ser empleadas para determinar la fuente de origen con gran precisión.

publicado: 2016-02-01
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