Jatropha: ¿el nuevo cultivo para biocombustible?

A pesar de su toxicidad, Jatropha curcas puede procesarse para generar diversos productos, como por ejemplo un biocombustible diésel de alta calidad a partir de sus simientes. El residuo resultante tras el procesado se puede emplear como biomasa para fertilizantes, como pienso animal y para generar energía. Esta planta tropical es capaz de crecer en tierras yermas y en desiertos, por lo que contribuye a la inmovilización del dióxido de carbono en suelos donde no resulta posible producir alimentos.

El proyecto «Jatropha curcas applied and technological research on plant traits» (JATROPT), financiado con fondos de la UE, acometió la descripción de un germoplasma genéticamente de élite para África, Asia y América Latina. La misión consistió en documentar la diversidad genética mundial de las plantas Jatropha y descubrir mejores métodos de cultivo.

JATROPT analizó la biodiversidad del medicinero a nivel mundial a través de quinientos marcadores de ADN. Se encontró una gran diversidad genética en Sudamérica, donde también se descubrieron varios cultivares inocuos.

Los ensayos agrícolas demostraron que las plantas Jatropha en India y Madagascar presentan buenas posibilidades de crecimiento. El nitrógeno, el riego y la densidad de plantación fueron factores que desempeñaron un papel fundamental en el crecimiento temprano y la producción de aceite y semillas.

El modelado agronómico puso de manifiesto que utilizar un 30 % de la tierra para cultivar Jatropha y un 70 % para producir alimentos no afectaba de forma notable a la seguridad alimentaria.

Los miembros del proyecto diseñaron un sistema innovador de plantación de alta densidad valiéndose de genotipos de bajo crecimiento que florecen durante periodos más largos y se pueden cosechar con medios mecánicos. Este nuevo sistema agronómico para el cultivo de Jatropha brinda la posibilidad de revolucionar este cultivo para biocombustible.

El enfoque integral de cultivo que subyace en el corazón del proyecto JATROPT aspira a hacer del medicinero un nuevo cultivo de gran valor para producir biomasa y biocombustible. En concreto, al centrarse en la diversidad genética, al recurrir a cepas inocuas y al tener en cuenta las características agronómicas, el proyecto contribuirá a la aceptación generalizada de este cultivo tan prometedor.