La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha expresado la necesidad de
contar con información climatológica más fiable para poder realizar una
planificación económica, industrial y política. A pesar de ello, en
Europa solo se han registrado tímidos avances en las predicciones a
escala de estacional a decenial en comparación con los pronósticos
meteorológicos a corto plazo y sobre el cambio climático antropogénico a
largo plazo.
Los artífices del proyecto «Seasonal-to-decadal climate prediction for the improvement of European climate services» (
SPECS), financiado con fondos europeos, se propusieron mejorar la calidad de las predicciones en dichos horizontes temporales. Este consorcio integrado por trece países también pretendía colmar el vacío de datos y servicios climáticos y acercar a quienes generan la información y sus usuarios.
Se ha avanzado notablemente en la resolución espacial de las predicciones gracias a la mejor inicialización de distintos componentes. Ello incluye la vegetación interactiva, las superficies terrestres y marítimas cubiertas por el hielo, la composición atmosférica, el humo volcánico y los fenómenos climáticos extremos pasados.
Los investigadores abordan ahora la reducción del impacto inicial, el error sistemático y la deriva, tres aspectos fundamentales para mejorar los sistemas de predicción. Asimismo, tratan de mejorar la transmisión de la información climática a los responsables de la formulación de políticas y las partes interesadas a través de herramientas electrónicas de difusión, encuestas, congresos y seminarios especializados.
Las mejoras introducidas en las previsiones permitirán realizar estimaciones más precisas de la frecuencia de fenómenos climatológicos extremos y de gran impacto, así como del umbral de incertidumbre de los propios pronósticos. En clave europea, ampliarán la capacidad de los responsables de la elaboración de políticas, la industria y la sociedad para adaptarse a los cambios climáticos que se esperan a corto plazo.