Reducir la dependencia de los combustibles fósiles, cada vez más 
escasos, es una prioridad clave de la Unión Europea que, además, ayudará
 a reducir la emisiones perjudiciales y el impacto ambiental. Nuevos 
conceptos de propulsión son objeto de una actividad intensa de 
investigación con el fin de alcanzar estos objetivos en el sector 
aeroespacial.
Se ha demostrado que las fuentes híbridas de energía reducen los 
requisitos de potencia. Estas incluyen la propulsión distribuida con 
múltiples dispositivos propulsores o un fuselaje propulsor en el cual la
 planta de energía está total o parcialmente integrada en el bastidor. 
En este caso se aprovechan las estrategias de llenado de la estela e 
ingestión de la capa límite (BLI) que se utilizan habitualmente en los 
torpedos, misiles y barcos. Para ello, se utilizan sistemas que aspiran 
el aire en la capa límite entre el proyectil y el fluido (agua o aire), 
lo cual aumenta la energía de la estela y minimiza las pérdidas de 
energía cinética.
Estas fuentes de energía no se han estudiado mediante una 
implementación práctica en sistemas de aeronaves realistas. El proyecto 
«Distributed propulsion and ultra-high by-pass rotor study at aircraft 
level» (
DISPURSAL), financiado 
por la Unión Europea, se inició con el fin de llenar este vacío. Los 
científicos trabajan para aplicar una visión global, evaluando las 
arquitecturas de los componentes, las cuestiones de integración del 
motor en la aeronave y el impacto sobre el funcionamiento y las 
emisiones de la aeronave en conjunto. Al final, planean definir un plan 
de desarrollo de la tecnología para establecer la propulsión distribuida
 como opción validada para mejorar la sostenibilidad del transporte 
aéreo y de la posición competitiva del sector.
Entre un conjunto inicial de posibles tecnologías, el equipo ha 
elegido un cuerpo con ala híbrida y múltiples ventiladores BLI en la 
parte superior del fuselaje con el fin de probar el concepto de 
propulsión distribuida. El concepto de fuselaje propulsor se probará con
 un ventilador BLI montado en la popa rodeando el fuselaje y alimentado 
con una turbina de gases situada en el cono de popa del fuselaje. El 
diseño también incluye dos motores turbohélice modernos y de consumo 
eficiente (con una relación de derivación ultraalta) instalados debajo 
del ala por motivos de redundancia.
El efecto del BLI se evaluó mediante datos de diseño asistido por 
ordenador y análisis exhaustivos mediante dinámica de fluidos por 
ordenador y los resultados fueron prometedores. Durante la fase final, 
los investigadores optimizarán los diseños y realizarán la evaluación 
final que permitirá valorar la mejora de la eficiencia de los vehículos.
DISPURSAL espera demostrar las reducciones significativas del 
consumo de combustible y las emisiones que permiten las tecnologías que 
se espera que alcancen el nivel 6 de madurez tecnológica alrededor del 
2030.